Después de cuatro días en el hospital luego de dar a luz a mi hijo Esteban, llegamos a casa con un hueco en el corazón, con los brazos llenos. Por fin nuestro amado príncipe descansó en su cuna en el cuarto que preparamos con entusiasmo, con amor.
¿Qué o quién es el responsable de que mi hijo tenga Síndrome Down?

Esas primeras noches fueron las más largas, velé su sueño, revise cada cinco minutos su respiración. Dormía plácidamente, tranquilo sin preocupación, hermoso, tierno, cada vez que se despertaba estaba allí, a su lado, para amamantarlo, para consolarlo.

¡Qué injusto había sido todo! pensé. ¿A qué madre le toca preocuparse por tanto en un segundo? Lo que más inquieta a los padres generalmente es cómo pagar la universidad. Mientras tanto yo estaba sentada en el sillón a las 3 de la madrugada pensando cómo dejar lo suficiente para que a Esteban no le falte nada cuando ya no esté, cuando ya no estemos.
Lo más importante para mí en ese momento era que no tuviera que depender de nadie. Yo, como siempre planificando el futuro sin saber cómo vivir el presente.
Confieso que quise salir corriendo desnuda, gritar, buscar respuestas, ver el futuro, sentir consuelo; volver a tener cinco años acurrucarme en el regazo de mi madre y creer que todo estaría bien.
El Síndrome Down no es una enfermedad
En mi búsqueda de respuestas, comencé a hacer preguntas. En los libros encontré que en EE.UU. aproximadamente 1 de cada 800 bebés nace con Síndrome de Down, independientemente de cuál sea la raza o la nacionalidad de sus padres.
No se trata de una afección contagiosa, de modo que nadie te la puede "pegar". La gente nace con o sin Síndrome de Down. Como nadie lo puede contraer a lo largo de la vida, no es una enfermedad. Muchas personas suelen decirme "estamos orando por su sanación", como muletilla a lo que no tiene explicación. ¡Qué poco se sabe!

De todos modos, los médicos no (siempre) están seguros de por qué algunos bebés presentan este problema cromosómico. Esta anomalía no tiene nada que ver con algo que el padre o la madre haya hecho antes del nacimiento del bebé. Aunque cualquier persona puede tener un bebé con Síndrome de Down, hay un dato incuestionable: cuanto mayor sea la madre, mayor será el riesgo de que tenga un hijo con Síndrome de Down.
La edad volvía a estar sobre la mesa; de lo único que estaba segura era de que no era mi responsabilidad.
Buscando culpables
Ante un suceso inesperado, un error cometido, necesitamos un responsable; rnjuiciar al culpable y sólo me quedaba Él.
Ok, ahora te toca a ti contestar: "Dios, si eres perfecto, todo lo conoces ¿por qué MI Hijo?", confiaba que todo estaría bien. En ese instante declaré una guerra divina a mi Creador; era lo único que me quedaba. Cuestionar, pelear...reprochar; tengo que ser sincera, no fue fácil aceptarlo.
Cuando creces en la fe cristiana, aprendes a confiar en Dios para todo. A creer en su voluntad y su misericordia. "Todo obra para bien" ¡cuántas veces la escuché sin consuelo alguno! En ese momento mi fe estaba quebrada. Él me había abandonado.

Dios, eres el responsable; te toca darme las fuerzas. Aceptaré, aprenderé. Esteban Eduardo podrá
vivir sin mí, aunque, yo no pueda vivir sin él. ¡Te reto!
Mi discusión con Él se interrumpió .cuando escuché su llanto, tenía hambre. Me recordó que no debía pensar, sólo creer que todo estaría bien. Esteban era mi más esperado tesoro, el que cargué por nueve meses, ¡cómo no disfrutarlo! Estaba feliz de ver su carita y recordar que era "mamá primeriza”, histérica. No importa nada...sólo Esteban y yo; fundidos en un abrazo, en mi pecho. Mi bebé, tan perfecto, hermoso ¡MÍO!
Este es simplemente el comienzo de una historia, de nuevos sueños, grandes retos y metas por alcanzar. Enséñame a ser madre; la que necesitas.
Sigue leyendo sobre el proceso de Rebeca con Mi hijo no es un ángel. Es un niño con capacidades diferentes.
Con la siguiente entrada queremos presentarte a Rebeca Cruz; maestra de profesión, esposa ocupada y mamá comprometida con la educación y crianza de dos maravillosos niños, Esteban de casi 4 años e Isabella de 14 meses. Rebeca continuará con una serie de artículos que nos enseñará lo que ha aprendido desde que se convirtió en mamá de su primogénito Esteban, un chico curioso, activo, valiente y con Síndrome Down. En iMujer esperamos que todos podamos aprender lo que ella y Esteban tienen que mostrarnos a todos.







