La llegada de un nuevo bebé a la familia trae grandes cambios. Para el primer hijo, el gran desafío es aprender a compartir la atención de sus padres con el recién llegado y ceder por algún tiempo ser el centro de atención de todas las miradas. Tal vez notas,que a medida que se acerca la fecha de parto, se muestra más irascible que nunca; se porta mal e incluso te hace más berrinches que de costumbre.
Llegada del segundo hijo: una revolución en la familia

Esto se debe a que no puede poner en palabras sus sentimientos, y tal vez se sienta inseguro y tema que con la llegada de su hermanito, tú ya no lo quieras como antes. Por eso, hoy te acerco algunos tips para qué sepas qué hacer cuando llega el segundo hijo a la familia.
Qué hacer antes de la llegada del bebé
Si tu primer hijo es pequeño, empieza a contarle que disfrutará de un nuevo hermanito en cuanto él pueda ver los cambios visibles en tu cuerpo. Una vez que ya le hayas dado la noticia y hablen periódicamente de ello, coméntale con anticipación los cambios que habrá en la casa. Por ejemplo, si tu primer hijo todavía usa la cuna, pero ya tiene edad para disfrutar de una cama, conviértelo en algo especial para él, pídele que te acompañe a elegirla dentro de tu presupuesto e, incluso, si tienes ganas, píntalo junto a él.
De esta manera, no sentirá que su hermanito llega para robarse sus cosas. Pídele su opinión acerca de la planifiación de cosas que tengan que ver con la llegada del bebé, como puede ser que te ayude a elegir la primera ropita que usará su hermanito o el camisón que llevarás al sanatorio.
También es importante que sepa con anterioridad que mientras tú te halles en el sanatorio, quedará al cuidado de una persona de confianza. En lo posible, trata de que sea alguien a quien quiera mucho, como puede ser el caso de una abuela.
Mientras estás en el sanatorio
No postergues sus visitas para verte. Aunque se te rompa el corazón, cuando la hora de la visita termina y él rompe en un llanto desconsolado, el verte a la larga lo tranquilizará, porque sabrá donde estás realmente. Trata de no darle de amamantar al bebé, por lo menos en las primeras visitas. Hazlo sentir especial, abrazándolo y diciéndole lo mucho que lo extrañas.

Cuando por fin el bebé llega a casa
Nada garantiza que aunque tú hayas tenido todas las consideraciones para tu primer hijo su comportamiento sea excepcional. Esto es pedirle a un niño prácticamente que reaccione como un adulto. Trata de pasar tiempo con tu pequeño, sobre todo aprovechando que los recién nacidos, por lo general, duermen bastante. Comparte el DVD de alguna de sus películas preferidas, leéle algún libro, cuéntale historias de cuando él era bebé, mientras miras fotos.
Recuerdo que cuando yo estaba esperando mi segunda hija, amaba y amo tanto a la primera, que me sentía culpable porque pensaba que no tendría más amor para dar. Sin embargo, la vida, sabia compañera, tiró por tierra mis temores y me hizo ver que en nuestros corazones de padres siempre hay espacio para cada hijo, como si nuestro corazón estuviera formado por diferentes compartimientos para cada uno.
Sólo nos queda contenerlos, abrazarlos, llenarlos de besos y demostrarles que siguen siendo el mismo niño especial que eran antes de la llegada del nuevo integrante de la familia.
Y tú, ¿cómo sobrellevaste los berrinches y cambios de humor de tu primogénito ante la llegada de su nuevo hermanito? Compártelo en EntrePadres, tu opinión nos interesa.







