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La importancia de que los niños aprendan a perder

Cuando los niños aprenden a perder también conocen que el éxito y el fracaso son dos partes de un mismo todo. Esto se puede extrapolar a todo en la vida; por ejemplo, si un niño inicia un juego competitivo sabrá que existe la posibilidad de ganar o perder. O cuando estudie para un examen sabrá que puede aprobar o no en función de cuán preparado esté.

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La forma en que enfrente los éxitos y fracasos de niños será la base para su actitud ante la vida en el futuro.

Éxito y fracaso

Tanto el éxito como el fracaso son partes de la vida y hay que aprender de ellos. Los niños que aprenden a perder desde pequeños saben  valorar el éxito de forma sana y adecuada, y tienen buena disposición y voluntad para intentar una vez más cuando fracasan.

En cambio, los niños a los que no se les enseñó a perder, sienten frustración y rabia cada vez que pierden, y quieren abandonar solo por no tener que sentir ese sentimiento tan incómodo.

Seguir leyendo: Cómo enseñar a nuestros hijos a superar la frustración

Las dificultades son parte de la vida de toda persona, niños y adultos. Si un niño no encuentra nunca dificultades en su camino para conseguir metas no será capaz de reaccionar de manera satisfactoria cuando tenga que enfrentarse a situaciones complicadas. 

Es lógico que los padres no quieran que sus hijos pasen por ninguna dificultad, pero piensa en la siguiente frase: "A tus hijos no les hagas la vida difícil haciéndoles la vida fácil" - Robert A. Heinlein-. ¿Qué te dice esta frase?

Imagen Thinkstock

Aprender a través del juego

La mejor manera para aprender a perder es a través del juego. Desde pequeños no hay que permitir que un niño gane siempre, hay que acostumbrarlo a que a veces se gana y otras se pierde; de este modo le entrarán ganas de luchar por conseguir sus metas. Cuando nos esforzamos por conseguir el éxito será más fácil alcanzarlo que si no lo intentamos y esperamos a que venga solo. 

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Los niños deben descubrir cómo solucionar los problemas por ellos mismos sin ayuda (pero sí con la guía de los padres), de este modo valorarán el éxito y aprenderán también que a veces se fracasa y no pasa nada.

Equivocarse no es algo malo porque de todos los errores se aprende a mejorar y por este motivo hay que volver a empezar y encontrar las soluciones que se necesitan. 

Ver también: Estimular a los niños para que alcancen sus metas

¿Piensas que perder es importante para poder encontrar el éxito? ¡Cuéntanos tus experiencias!