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La caída del cordón umbilical y los primeros baños

Luego de que nació mi hijo Lisandro y cuando ya estábamos en casa, comenzamos a establecer una rutina para que la vida fuera más simple para todos. Para nosotros, lo papás, acostumbrarnos y saber cómo proceder y por otro lado para que el pequeñín se fuera acostumbrando. Las rutinas son fundamentales en los bebés y niños pequeños, estructuran su día a día y no se ven sorprendidos, ya saben qué esperar.

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El baño es una parte importante de esa rutina, aún lo es, lo bañamos en la tardecita, cena y luego a dormir.

La caída del cordón umbilical del bebé

Según lo que he hablado con mamás de diferentes países, hay diferencias respecto a cómo proceder con los baños del recién nacido. En Uruguay no se dan baños de inmersión hasta unos días después que se cae el cordón umbilical del bebé, y en el caso de mi niño no fue fácil.

Los bebés generalmente pierden el cordón umbilical, ese lazo que los mantenía unido a su mamá y les permitía alimentarse a través de ella, a la semana, máximo dos semanas; bueno, Lisandro se tomó su tiempo, como al nacer.

El cordón umbilical se le cayó el día que cumplió dos meses, sí, dos meses, increíble, lo sé, pero real.

Imagen Thinkstock

Después de las dos semanas, una vez por semana o cada quince días venía una pediatra de la emergencia médica a verlo. Cuando llamaba por teléfono para consultar si era ‘normal’ que no se le cayera se espantaban y enseguida me mandaban un médico a casa. Una vez que llegaban y lo veían se daban cuenta de que estaba todo bien, que estaba limpio y seco, que no era por falta de cuidados que no se caía.

Así que en esos dos meses que su cordón umbilical se negaba a separarse de él, cada vez que le cambiábamos el pañal, que era cada 3 horas o menos, le limpiábamos el ombligo, lo cual en pleno invierno era terrible. El alcohol frío en la panza no era de las cosas que más le gustaban.

Al principio tenía miedo de que le doliera, pero con el pasar de los días… y meses, me dí cuenta de que no le dolía, y que podía limpiarlo tranquilamente, si lloraba era por la incomodidad, no por dolor.

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Los primeros baños del bebé

Los baños de esponja eran otra tortura, no había día que no gritara e hiciera tremendos escándalos, una verdadera tortura era eso de que lo enjabonara con una esponjita, lo cual fue durante dos largos meses.

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Finalmente, en la tarde en que cumplía sus dos meses de vida se le cayó el cordón umbilical, pensé que nunca se le iba a caer, creo que era parte de la desesperación y cansancio de tener que limpiarlo y secarlo tooodo el tiempo, pero finalmente cayó por sus propios medios.

¡Ahora sí! Pensé ¡baños de inmersión! Le va a encantar… no, mal yo. Los primeros baños del bebé fueron ¡terribles! Tardó bastante en adaptarse al agua, hasta que terminó tomándole el gustito y se enojaba cuando lo sacaba del baño.

Paciencia, entendimiento y cariño son fundamentales en esta etapa, todo es nuevo para ellos y sentirse queridos y protegidos es fundamental para que se sientan bien y a gusto.

Me encantaría saber cómo fueron sus experiencias con respecto al ombliguito de su bebé. Deja tu comentario y comparte tu experiencia con otras mamás.