El hábito de comerse o morderse las uñas es muy común en los más pequeños pero también en los adultos. En algunos casos, en donde se desarrolla este comportamiento, lo hacen por aburrimiento y en otros por causa del stress.
El hábito de morderse las uñas en los niños

Hoy vamos a conocer, más en profundidad, las causas que llevan a que los más pequeños del hogar adquieran esta conducta:
Aburrimiento. Los niños suelen distraerse y aburrirse rápidamente, esto los lleva a querer estar haciendo siempre algo, por lo que es en estas situaciones en donde pueden contraer el hábito de morderse las uñas.
Nerviosismo. Los niños que son presa del nerviosismo suelen tener los hábitos de morderse las uñas, retorcerse el cabello o sonar los dientes. De esta manera, encuentran una forma de disminuir el efecto de los nervios.
Tensión y ansiedad. El niño está expuesto a muchas presiones como ser aprender cosas nuevas en la escuela, la timidez, etc. La manera que encuentran de distraerse de esas tensiones leves es comiéndose las uñas, en movimientos que pueden llegar a ser automáticos.
Los efectos negativos de este mordido de uñas y a los cuales, como padres debemos prestar atención, son los siguientes:
Sangrado. Cuando el niño pasa el umbral del dolor y le comienza a sangrar la piel.
Infección. Todos los gérmenes que están en las uñas pasan a la piel lastimada y pueden generar infecciones.
Rotura de dientes. Producidas por el contacto que tienen con la superficie dura de las uñas.
Lesión de la cutícula.
Los padres y madres tenemos que estar alerta del grado de esa conducta en nuestro niño. Si vemos que deja de ser un hábito que no genera daño real debemos llevar a nuestro niño al pediatra o a algún especialista para que nos guíe.







