Lifestyle

¿Cuál es el límite para consentir a nuestros hijos?

Imagen Thinkstock

Como mamá, más de alguna vez te preguntas si lo que haces es bueno o malo para tus hijos, pues tienes en tus manos la responsabilidad de educarlos. En el tema de consentirlos, hay muchos puntos de vista. Estos son algunos de los límites que podemos poner para ayudarles: 

PUBLICIDAD

En el lenguaje

Imagen Thinkstock

Yo soy de las mamás que (algunas veces sin notarlo) les hablo chiqueado a mis hijos. Y no es que sea malo, pero un límite muy importante a considerar es cuando los niños están aprendiendo a hablar, pues necesitan un ejemplo para pronunciar las palabras correctamente.

Si notas que, debido a como les hablas, alguno de tus hijos empieza a pronunciar mal las palabras (o a hablar chiqueado), es hora de detenerte y brindarle el mismo amor y cariño pero con la pronunciación adecuada. Sé que es difícil, pero la clave está en hacerte consciente. 

En actividades simples

Imagen Thinkstock

Algunas mamás tenemos la costumbre de tratar de hacer todo por nuestros hijos; les ayudamos lo más que podemos y les evitamos cualquier dolor o incomodidad, porque lo consideramos parte de nuestra tarea. Sin embargo, debemos poner límites para que nuestros hijos sean independientes. 

Con esto no me refiero a que les cuelgues la mochila y los mandes en camión a la escuela, sino que los dejes hacer algunas actividades por su cuenta. 

Un niño o niña que levanta su ropa, se baña, se peina por su cuenta e incluso ayuda en las labores del hogar será un adulto con más herramientas para la vida. A los niños les encanta aprender y colaborar, sobre todo cuando lo hacemos de una manera amena y divertida.

Así que la próxima vez que vayas a realizar alguna actividad que podría realizar tu hijo solo, enséñalo y acompáñalo; no importa que se equivoque. 

Revisa: Cómo consentir a tus hijos de buena forma

Usa tu sentido común

Imagen Thinkstock

Algo que como mamás deberíamos usar mucho es nuestro sentido común. Obviamente a nadie nos gusta escuchar que nuestros hijos están chiqueados, pero tenemos que reflexionar cuando alguien nos lo dice, evaluar si es cierto y pensar qué podríamos hacer al respecto, no para agradar a los demás, sino para ayudar a nuestros hijos. 

PUBLICIDAD

Por ejemplo, si tu hijo agrede a otros física o verbalmente, destruye cosas, usa muchas groserías o se la pasa sin hacer nada, quizá es tiempo de que le des más responsabilidades y lo hagas consciente de que sus acciones tienen consecuencias. 

Cada familia es un mundo y cada una de nosotras hacemos lo mejor que podemos con las herramientas que tenemos, sin embargo, también corremos el riesgo de brincar algunos límites. ¡Que no te agarren dormida!