3 señales de que aún puedes salvar tu matrimonio

"Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos ". La frase del poeta Pablo Neruda se puede aplicar a los matrimonios que parecen haber llegado a su fin. Si estás en uno de esos  momentos de crisis matrimonial donde te cuestionas si quieres permanecer al lado del hombre que alguna vez elegiste, presta atención a esta entrega, te contamos cuáles son las tres  señales de que un matrimonio se puede salvar. 

Conocemos a alguien, nos enamoramos, soñamos compartir la vida y envejecer juntos, bajo la sombra segura y protectora de un árbol llamado familia. Pero la pasión se transforma y las "mariposas en el estómago" emigraron vaya a saber uno para qué latitudes; no faltan los apremios, las idas y venidas, los desencuentros, las distancias, las palabras no dichas y los besos postergados.

Y un día, en un viaje en tren, o mientras miras como el otoño tiñe de amarillo las hojas de los árboles, te preguntas si vale la pena tu matrimonio, o estarías mejor caminando sola. No eres la primera ni serás la última en sentirte así ni en hacerte esta fatídica pregunta. 

1# Vale la pena, si aún los dos están comprometidos

No es una novedad que todos los matrimonios pasan por momentos difíciles. Es más, los años y las experiencias nos cambian, nos transforman, las prioridades sufren modificaciones, al igual que las necesidades, y no de uno de los integrantes de la pareja. Esto les pasa a los dos. 

En los peores momentos, si ambos pueden reconocer que están atravesando una situación difícil pero aún así no quieren abandonar el barco, esto es una buena señal de que los dos quieren hacer el esfuerzo para que las cosas resulten. Pedir ayuda profesional, como una terapia de pareja, es una buena alternativa.

2# Vale la pena, si aún se respetan

Es imposible amar lo que no se respeta. Respetar es tener en cuenta, respetar es valorizar, respetar es ponerse en el lugar del otro, respetar es dar espacio. Mientras permanezca el respeto en un matrimonio, los escollos son más fáciles de superar.

3# Vale la pena, si la infelicidad nace de otro lado

Muchas veces sucede que descargamos el enojo que producen nuestras propias frustraciones en la persona que tenemos más cerca, nuestra pareja. Pero a veces, los problemas del matrimonio vienen por otro lado, que puede ser el trabajo, algún malestar físico o incluso problemas con otros familiares.

Si tu malestar se origina en problemas externos a la pareja, terminar con el matrimonio no acabará con el problema. Pero posees un arma valiosa, la posibilidad de contar con un hombro incondicional, si sólo te abres, te muestras vulnerable y confías en su ayuda.

Entonces, si miras a tu hombre y encuentras en esos ojos aquello que te enamoró por primera vez, puedas decir los versos del poema 18 de Pablo Neruda, "Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte. Te estoy amando aún entre estas frías cosas. A veces van mis besos en esos barcos graves,que corren por el mar hacia donde no llegan".

Porque, entonces, habrás descubierto que aunque "nosotros, los de entonces ya no somos los mismos", aún nos amamos.

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