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Destilados

Estados Unidos, territorio tequilero

El país que más consume tequila es el marco para marcas como Casa de Luna, un tequila que se produce en México y sólo puede beberse en Estados Unidos.
23 Nov 2015 – 01:35 AM EST
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Plantas de agave azul tequilana weber Crédito: Cortesía

En los últimos diez años la percepción del tequila (como una herramienta para perder la conciencia) cambió en el mercado estadounidense para convertirse en una bebida apreciada que ya no se toma en shots sino en pequeños sorbos. 

Estados Unidos es el mayor consumidor de tequila en el mundo: de las 1,200 marcas de tequila registradas se venden poco más de la mitad, en un esquema más sencillo y costeable en comparación a países como el propio México. Bruno García, director general de Materia Prima Spirits, empresa que produce Casa de Luna, asegura que el mercado mexicano está saturado y que la venta es complicada debido a la competencia y a las altas tasas de impuestos.

Producir en México, vender en el extranjero
Las marcas como Casa de Luna buscan posicionarse en un mercado interesado en la calidad de las producciones pequeñas y que puede pagar productos de precio medio-alto. La compañía, en ese sentido, es muy cuidadosa al elegir los puntos de venta, enfocándose en sitios donde el consumidor final conoce el tequila por recomendación de su distribuidor y no en tiendas de autoservicio, donde la botella está exhibida entre decenas de marcas de tequila y otros espirituosos como ron, vodka o whisky.

Casa de Luna es una tequilera joven que produce 80,000 botellas al año de las que destina 70% a ocho estados de la Unión Americana (el resto se exporta a Japón, China, Hong Kong, Brasil y Suecia). Además, la empresa también maquila otras marcas, así que el producto y mano de obra llegan a 14 países bajo diversos nombres.

Además, para diversificar su portafolio, Materia Prima Spirits lanzó Brusco, una serie mezcales producidos con tres especies de agave distintas, por tres maestros mezcaleros diferentes en tres regiones mezcaleras de la sierra oaxaqueña.


En comparación con la producción tequilera de la empresa la de mezcal es mínima y, de acuerdo a Bruno García  “con mucho más margen de utilidad porque su industria ha aprendido de los pasos dados previamente por las tequileras”. Empezando porque los mezcaleros le han dado más valor a su producto, “integrando el campo, los recursos humanos y los clientes”, apunta y agrega que el auge actual del mezcal no deja ver claramente sus alcances.  “Quizás en unos cinco o diez años, cuando se asiente el mercado, habrá una competencia más estable en precios y calidades”, explica.

El secreto está en el agave
En Jalisco, estado en el occidente mexicano y lugar de origen del tequila, existen dos zonas principales de siembra del agave: los Altos y Valles. Casa de Luna se alimenta de agave cultivado en La Ciénega, una zona intermedia, menos explotada, que favorece el cultivo de agaves que se desarrollan con niveles altos de azúcares necesarios para convertir la materia prima en alcohol con un mayor rendimiento, explica García. 

Del área de La Ciénega, unos ochenta productores son proveedores de Materia Prima Spirits, que cuenta con terrenos para la siembra, aunque cuando la demanda lo requiere compra agave a sus vecinos. Casa de Luna está hecho 100% de agave azul y tres de sus productos: Blanco, Reposado y Añejo, se venden en entre 35 dólares y 50 dólares, aproximadamente, dependiendo del distribuidor. 


Actualmente se producen 260 millones de litros de tequila por año y cada días más personas lo conocen y lo piden. Y la mejor parte, es que ya no lo piden en shots, sino para disfrutarlo sorbo a sorbo.

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