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Dating con eficiencia en la era del App

El amor como tu abuela jamás se lo imaginó. Te presentamos apps de dating para todas las expectativas.

Te presentamos apps de dating para todas las expectativas.
Te presentamos apps de dating para todas las expectativas.
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Casi 50 por ciento de los estadounidenses conoce a alguien que ha utilizado un dating app o dating site para conocer a su pareja, según datos del Pew Research Center, centro de investigación que reporta que, hoy día, a seis de cada diez personas les parece una práctica completamente aceptable: una cifra más interesante aún cuando se compara con la de hace apenas diez años, cuando ese mismo número de estadounidenses consideraba a la tecnología y el amor como una mezcla poco apetecible, quizá hasta una aberración.

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Aunque es difícil saber si la explosión reciente de apps para tal fin se generó a raíz de una demanda existente, o si la serpiente se fue alimentando de su propia cola, lo cierto es que, hoy, existen tantas dating apps que es difícil diferenciar a una de otra.

Para quienes se encuentran entre aquel 40 por ciento, es decir, para quienes siguen pensando que el uso de la tecnología deshumaniza algo que debe de permanecer en el ámbito de lo sensible, de la intuición, del enigma... ¡también hay una app! A diferencia de, por ejemplo, Tinder, Hinge (literalmente: bisagra), no sólo empareja a usuarios con base en sus gustos comunes, sino con base en su círculo social extendido, conectándolos con amigos de amigos de amigos. Es, al parecer, lo que sigue para las dating apps: perfeccionar y humanizar la experiencia, tratar de que la tecnología reproduzca en la medida de lo posible lo que sucede de modo más natural.

La tecnología—y más, el mercado—todo lo tiene contemplado.

Cuántas veces hemos escuchado historias que comienzan con: "Nunca imaginé que acabaría con alguien como...", "Nos conocimos de la manera más insólita..." o "Jamás imaginé estar con alguien así..."?
Cuántas veces hemos escuchado historias que comienzan con: "Nunca imaginé que acabaría con alguien como...", "Nos conocimos de la manera más insólita..." o "Jamás imaginé estar con alguien así..."?
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Datings que no requieren… cita

Dicho lo anterior, las dating apps no tienen por qué derivar en algo tan serio como un matrimonio, en una relación de largo plazo... o siquiera en una cita. Hay quienes las usan con el único fin de cotejar qué tan mercables son en el universo del solterío. Cosa que tiene cierto sentido cuando se toma en cuenta que casi el 30 por ciento de usuarios de Tinder está casado (...pero esa es harina de otro costal).

Hemos clasificado algunas de las dating apps más populares según sus diferencias más importantes y de acuerdo con las expectativas de quienes buscan encontrar el amor (o algo parecido) a través de la pantalla de su teléfono:

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Expectativa: Urge. Cita. En. Este. Instante.
Dating App: HowAboutWe

HowAboutWe es una de las pocas apps que te permite conectar con gente que está, así como tú, en busca de una cita improvisada en el corto plazo. Además, puedes sondear no sólo los perfiles de los usuarios, sino las actividades que proponen para una cita amorosa, cosa que puede revelar bastante más acerca de ellos.


Expectativa: ¿Alguien dijo "cita"? Yo sólo quiero saber qué tan guapo/a soy.
Dating App: Tinder

Tinder es sin duda una de las dating apps más populares, lo cual significa que cuenta con una base de usuarios más amplia que otras, hecho que a su vez incrementa las probabilidades de conectarte. El hecho de que no puedas recibir mensajes de personas por las que no hayas mostrado interés (a través de un like o super-like), evita que recibas mensajes no solicitados, aunque también significa que mucha gente sólo se dedica a coleccionar likes y/o a ver el catálogo de usuarios como tú.

Expectativa: No importa lo que diga tu perfil. Puedo averiguar la verdad.
Dating App: Hinge

Porque Hinge te conecta con otros usuarios a través de Facebook, te puede emparejar con amigos de amigos de amigos, de modo que se parece un poco más a la manera en que nos solemos conectar sans la tecnología digital. Mientras que esto puede brindar cierta seguridad (es menos probable que arregles una cita con un asesino en serie), también significa que tienes menos oportunidades para presentarte sin el "apoyo" de tus amistades.

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Expectativa: Puede ser que quiera salir con alguien... también puede ser que no. O sí. O no.
Dating App: Coffee Meets Bagel

Coffee Meets Bagel puede ser el app ideal para los indecisos y los pasivos, ya que, una vez que la interface te ofrece sugerencias, el chat room caduca a la semana, lo cual significa que te puedes hacer el occiso y esperar a que pase la ventana de oportunidad. Aunque la app permite que especifiques una amplia gama de preferencias, este nivel de especificidad puede hacer que el interface no te genere ningún emparejamiento o que, cuando lo haga, esa persona se encuentre demasiado lejos.

Expectativa: Se busca cita amorosa. También se acepta el acoso no solicitado.
Dating App: OkCupid

OkCupid es una de las pocas apps que no requieren que te inscribas a través de Facebook. Mientras que esto puede brindarte cierta privacidad y hacer que tu registro sea más sencillo, también significa que no cuentas con la protección que brinda Facebook, además de que cualquiera (insisto: cualquiera) te puede enviar mensajes no solicitados.

La realidad detrás de los mitos

Pese a todo el hype alrededor de este nuevo capítulo de nuestras prácticas amorosas, en su artículo para el blog Three Day Rule, Kate Edwards apunta a que, según cifras reportadas por el mismo Tinder, sólo el 0.014 por ciento de las conexiones sugeridas por el interface se concretan en verdaderas citas. El dato resulta doblemente interesante cuando se compara con la percepción de los usuarios de las dating apps: el 66 por ciento del cual dice haber concretado una cita a través de una herramienta digital, según el Pew Research Center.

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La aparente contradicción entre los datos de Tinder y los del Pew Research Center pueden reflejar no tanto que se trata de una ilusión, sino que tal vez aún estamos aferrados a una noción más tradicional de la cita amorosa, que las dating apps son, a estas alturas, más un pasatiempo o una manera de medir nuestra capacidad de atraer al sexo de nuestra preferencia. Sea cual sea la realidad, todos sabemos que el escenario de la tecnología digital cambia más rápido de lo que se puede decir "eso jamás funcionaría".

¿Cuántas veces hemos escuchado historias que comienzan con: "Nunca imaginé que acabaría con alguien como...", "Nos conocimos de la manera más insólita..." o "Jamás imaginé estar con alguien así..."? Historias que son la materia de nuestras películas y libros favoritos. Si bien es posible—aunque está por comprobarse—que las dating apps, bien utilizadas, pueden hacer que nuestra excursión por el mundo de las citas amorosas sea menos engorroso, que gastemos menos tiempo equivocándonos, por lo mismo, es una práctica que cancela la posibilidad de descubrir algo nuevo, una situación inesperada, una relación no imaginada. El elemento sorpresa se cancela en el momento en que le cedemos la complejidad de nuestros matices emocionales a una serie de preferencias, a perfiles, a un cálculo matemático de compatibilidad, a un algoritmo.

¿Qué fue del riesgo, de la apuesta por lo desconocido, del azar? ¿Es que todo, también el amor, se tiene que volver "eficiente"? ¿Llegará el momento en que las grandes historias de amor serán una cosa del pasado, una suerte de experiencia fosilizada en la literatura y el cine, a la que nos limitaremos a suspirar como lo hacemos hoy con las historias de exploradores cuando el mundo era algo aún por descubrir, cada cultura un misterio?

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