Seguro te ha pasado: Llega la media tarde y justo antes de salir de la escuela o el trabajo, ¡ poom! Es hora del munchie. Y no sé tú, pero a mí se me antoja algo dulce. Así que sin perder un minuto más, bajo a la tienda, me paro frente al refri y me quedo pensando qué elegir.
¡Es momento de cuidar tu alimentación! Conoce la diferencia entre azúcar añadida y natural
Y no porque no haya opciones... el problema es que quiero algo con poca azúcar y la realidad es que muchos alimentos la incluyen, algunos más y otros menos; pero dos opciones con el mismo contenido, pueden ser muy distintos. Por eso es importante que sepas distinguir aquellos que contribuyen a nuestra nutrición mientras nos calman el antojo.
Primero, hay que diferenciarlas…
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Existen dos tipos de azúcar que vas a encontrar en los alimentos: natural y añadida.
- Azúcar natural: Se encuentra en los alimentos no procesados tales como la leche (lactosa) o la fruta (fructosa). También encontraremos que las verduras y algunos granos contienen azúcar natural.
- Azúcar añadida: Se agrega a los alimentos y bebidas durante su proceso de elaboración. Se definen como monosacáridos y disacáridos; pero también se consideran las mieles (de maíz, agave o abeja) y los concentrados de jugos naturales.
De acuerdo a las legislaciones y normas oficiales mexicanas, que regulan la información que existe en los productos que consumimos, un alimento solo puede declararse “sin azúcar añadida” cuando en su producción no se han añadido azúcares en las formas que te mencioné anteriormente.
¿Cuál es mejor para tu cuerpo y alimentación?
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Los alimentos ricos en azúcares naturales tienden a ser más saludables que los productos a los que se ha añadido azúcar, ya que brindan energía por más tiempo al ser asimilados lentamente por el organismo gracias a sus contenidos de fibra (verduras y frutas), grasa y proteína (lácteos). Usualmente también aportan vitaminas y minerales como parte de su composición.
Aunque es importante cuidar la cantidad de azúcar que ingerimos, debemos recordar que los carbohidratos son fundamentales para el funcionamiento de nuestro cuerpo y que al transformarse en glucosa, gracias a la digestión, se utilizan como el combustible que ayuda a mantener un metabolismo eficiente.
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¡Escuchemos a nuestro cuerpo! Si nos pide algo dulce, hay que dárselo; pero hagamos elecciones inteligentes y escojamos productos que aporten nutrientes, vitaminas, minerales y que sea bajo en calorías y grasa.
Recuerda que la moderación y el equilibrio son básicos para una buena alimentación, ¡a cuidarnos se ha dicho!
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