Nunca somos lo suficientemente buenos como para amarnos a nosotros mismos. Nunca estamos conformes, siempre hay algo que nos falta, algo que nos impide gozar de felicidad… ¿Por qué siempre queremos ser lo que nos somos para ser felices? ¿Por qué pasamos nuestras vidas comparándonos con los demás?
Deja de compararte. Estás precisamente en el lugar que necesitas

El mundo de la tecnología nos ha traído muchos beneficios así como dolores de cabeza. La llegada de las redes sociales nos conectó con todo el planeta pero también nos enseñó a compararnos con los demás y a querer demostrar algo que no somos, a aquellas personas que ni siquiera le importamos. Y fue entonces cuando comenzamos a convencernos de que no éramos lo suficientemente buenos y que la vida que llevábamos era un completo fracaso.
¡Eres bueno, eres capaz y eres merecedor de felicidad! Lamentablemente mis palabras no surtirán efecto si tú no logras ver lo que hay en ti. Debes abrir los ojos y levantar la cabeza para notar que lo que tienes en tu vida es lo que debes tener y que tú eres todo lo que necesitas.
El ciclo de la vida

Muchos dicen que la vida tiene forma de círculo, también dicen que es parte de la ley kármica en la que todo lo que damos y recibimos vuelve de la misma forma hacia nosotros. Si hacemos el mal recibiremos mal -tarde o temprano-, es por eso que nuestra misión más importante (y más difícil) es el perdón. Tenemos que perdonar a aquellos que nos hicieron daño para poder aprender la lección y seguir adelante.
En otras palabras, la vida es un círculo, una suerte de ciclo que se renueva constantemente. Dentro de ese ciclo tenemos varias lecciones que aprender, para lograrlo debemos conocer a ciertas personas, vivir ciertas situaciones, saber sufrir, llorar, perder y ganar.
El destino es sabio y por eso elige a las personas correctas para que atraviesen tu vida y te enseñen la lección. Pero así como llegan algunas de esas personas deben partir, ahí es cuando comienza el sufrimiento, los planteos, la tristeza y el desazón.
Pero déjame decirte algo, nada de lo que te ponga la vida delante será en vano, todo lo que debas atravesar será por tu bien y eso es lo que debe alejar el dolor de vida. Cada cosa que se pone delante de ti es perfecto, debes vivirla y disfrutarla, debes ser feliz en cada paso. Recuerda: lo único que no vuelve es el tiempo, no lo malgastes sufriendo por cosas sin sentido.
No olvides que:

#1 Eres suficiente
A veces la rutina y la vorágine de la vida moderna no nos dejan ver el valor que tienen nuestros logros y es por eso que sentimos que lo que hacemos tiene poco valor respecto a lo de los demás.
¡Vales la pena! Eres importante y tus logros no son mejores ni peores que los de los demás. Felicítate y disfruta de lo que has sido capaz de conseguir. Cuestionarse y tener dudas es normal, pero no dejes que eso te acorrale.
#2 Todos tenemos problemas
No compares tu vida con la de los demás, no sabes a qué clase de fantasmas enfrentan. Créeme, todos tenemos problemas, que no los exterioricemos no los elimina.

#3 No entres en pánico
Cuando tenía 15 años creía que a los 24 viviría sola, que tendría un gran trabajo y una buena vida. Hoy con 24 años puedo decir que no todo se dio exactamente como creía que se daría, pero aún así es grandioso.
Cada vez que sientas entrar en pánico por no estar donde se supone que deberías, recuerda que la vida no es blanca o negra. Los matices son buenos.
#4 El destino te trajo aquí
El destino es sabio y si estás aquí significa que debes aprender algo, pero no te apresures, disfruta de cada etapa de la vida para que cuando debas partir no te arrepientas de nada. ¡Nunca es tarde, estás en el momento y en el lugar correcto!
La vida es un hermoso camino, vívelo sin apuros y sin etiquetas, líbrate de los estigmas sociales y de lo que los demás esperan de ti. Disfruta de tu momento, de tus amigos, de la familia, sé feliz con lo que tienes, este es tu mejor momento.








