Por experiencia, todos sabemos cómo se siente cuando sufrimos. Lo que quizás no sepas es cómo reacciona tu cuerpo ante el sufrimiento. Ya sea que se trate de dolor físico, como cuando te cortas un dedo o te golpeas el pie contra un mueble, o el dolor emocional causado por un divorcio o la pérdida de un ser querido, así es como tu cuerpo procesa realmente el sufrimiento.
Así es como nuestro cuerpo procesa realmente el sufrimiento

1. El corazón

Los ataques al corazón son más probables cuando se combinan un aumento de la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la coagulación. Y el riesgo es 21 veces más alto de lo normal en las 24 horas siguientes a un evento doloroso, como la muerte de un ser querido. se mantiene más alto de lo normal por hasta una semana.
2. Las glándulas suprarrenales
Después de un evento traumático prepárate para pasar noches sin dormir y sufrir de algunos problemas de estómago durante los próximos seis meses, porque tus glándulas suprarrenales están bombeando más cortisol que de costumbre, lo que afecta los ciclos de sueño y la digestión.
3. El sistema inmune

Después de un shock físico o emocional quedamos expuestos a contraer todo tipo de enfermedades, pues nuestro sistema inmune se debilita. Incluso la vacuna contra la gripe podría ser menos efectiva, pues luego de sufrir el cuerpo produce menos anticuerpos cuando recibe la vacuna. Así que un daño colateral del sufrimiento puede incluir desde un pequeño resfriado hasta algún problema de salud más complejo.
4. El cuerpo entero

Las tensiones normales parecen tardar más tiempo en relajarse, y puedes sufrir de dolores y calambres musculares. Además los niveles de inflamación aumentan, lo que puede ayudar a explicar por qué la muerte (de cualquier causa) es más probable para las personas que están sufriendo. Se cree que la inflamación crónica desempeña un papel en el cáncer, las enfermedades del corazón y la diabetes.
Como ves, nuestro cuerpo tiende a tensarse e inflamarse como respuesta al sufrimiento, físico o emocional, al tiempo que nuestras hormonas se desequilibran. Y aunque muchas veces no se puede hacer nada para reparar lo que sea que nos causó sufrimiento, relajarnos, soltar y dejar ir suelen ser las mejores formas de empezar a reconciliarnos con el hecho y hacernos a la idea de que la vida cambió y que necesitamos adaptarnos a las nuevas circunstancias. Aunque nos cueste aceptarlo, muchas veces el sufrimiento tiene un propósito en nuestra vida.








