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9 hábitos que parecen inofensivos pero te hacen un gran daño y cómo remediarlos

¿Te encanta tomar sol? ¿Duermes 4 horas diarias? En apariencia inofensivas, estas prácticas afectan tu estado de ánimo y, por consiguiente, tu calidad de vida. Y una parte de evitar que nos sigan haciendo daño es conocer cuáles son. 

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1. Demasiadas series

Netflix es un invento asombroso, que nos da la posibilidad de conocer grandes historias. Pero muchas veces, de tanto ver a los demás, nos olvidamos de nosotros mismos.

¿Que Netflix es el diablo? No, pero llevar una vida sedentaria en el sillón sí. Podrías considerar sustituir un poco de este tiempo frente a la pantalla por movimiento (en tu casa, en el parque o en el gimnasio). También, evita la comida chatarra. Muchas veces, mientras miramos televisión, comemos snacks poco saludables incluso sin sentir hambre. 

2. Tomar sol

A diferencia de la Edad Media, el bronceado está de moda. Y claro, con la intención de estar a la moda, muchas personas se achicharran cada verano. Pero los efectos del sol en nuestro cuerpo pueden ser muy dañinos: aceleran la aparición de arrugas, generan manchas y multiplican las posibilidades de desarrollar cáncer de piel

Para evitar esto, es recomendable usar un buen bloqueador solar que cumpla con los requisitos necesarios. Procura que el bloqueador que compres sea de 25 SPF o más. Para conocer con detalle cuál necesitas, consulta al dermatólogo. Y recuerda ir a la playa entre las horas recomendadas (antes de las 10 y después de las 16); nunca te expongas al mediodía, cuando el sol está más fuerte.

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3. Abusar de los medicamentos

¿Me duele la cabeza? Paracetamol. ¿Me duelen los músculos? Ibuprofeno. Sí, el efecto inmediato es reconfortante; nadie desea sentir dolor. Pero estos fármacos están pensados para un uso ocasional, solo cuando son de verdad necesarios, no como fármacos diarios.

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Por lo tanto, si consumes demasiado estos medicamentos podrías sufrir —a largo plazo— consecuencias como resistencia al fármaco, úlceras, enfermedades cardiovasculares, insuficiencias renales o hepáticas, entre otras.

4. Rutinas de estrés e infelicidad

Nuestras elecciones diarias pueden agudizar el estrés y atentar contra nuestro bienestar corporal. En este sentido, llevar una vida infeliz o de mucho estrés tiene efectos físicos, como aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, elevar nuestros niveles de azúcar, disminuir nuestras defensas y aumentar nuestra presión arterial. 

Obsérvate y toma conciencia de las situaciones que te generan estrés en tu día a día. Quizás no puedas evitar sentirlo a la hora de rendir un examen o a causa de la rutina laboral, pero siempre puedes dedicar tiempo a ti mismo como una forma de calmarte. Hacer yoga o terapia psicológica son excelentes alternativas. 

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5. Endeudarse

A veces, debido a la inmediatez de nuestros deseos, solicitamos un préstamo para obtener dinero rápido o hacemos compras con nuestra tarjeta de crédito. En determinadas ocasiones, esta práctica puede ser necesaria. Pero, en muchas otras, es perjudicial para nuestra salud. 

Los problemas económicos no solo generan ansiedad o estrés, sino también dolores de cabeza, afecciones estomacales e insomnio. Además, pueden contribuir a desarrollar otros hábitos nocivos como fumar o beber alcohol. 

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6. No dormir suficiente

El cuerpo humano necesita descansar 6 horas diarias como mínimo. De lo contrario, los efectos van desde ansiedad y depresión hasta enfermedades cardiovasculares, diabetes, irritabilidad, dolores de cabeza, sistema inmune débil y dolores musculares. 

Para solucionar este mal hábito, solo intenta dormir bien. Descansar 8 horas debería estar en tu lista de «cosas que debo hacer a diario sin excepción». Notarás la diferencia en cuanto comiences a hacerlo. 

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7. Guardarte los sentimientos 

De acuerdo a diversas corrientes de la medicina, las palabras que no decimos o los sentimientos que escondemos terminan viendo la luz a través de enfermedades físicas. Sea como sea, es una realidad que, si no decimos lo que pensamos, viviremos con preocupaciones internas, estrés y ansiedad. 

Es noble procurar que los demás no se preocupen, pero la falta de comunicación te terminará haciendo daño. Así que mejor encuentra a alguien en quien confiar y no descartes visitar a un psicólogo. 

8. Sostener relaciones tóxicas

A causa del miedo o de la costumbre, las personas suelen sostener relaciones tóxicas, incluso cuando están sufriendo. Si el amor se acabó o si una relación de amistad te está haciendo daño, es conveniente actuar. Desde cambiar las dinámicas dañinas hasta dar un cierre: los puntos finales suelen ser más saludables que continuar con un vínculo que te afecta de forma sistemática.

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Para tomar una decisión acertada, es recomendable evaluar cada situación a fondo y decidir qué es lo mejor para ti. Las relaciones tóxicas pueden causar depresión, estrés, ansiedad y hasta los efectos mismos de una mala salud mental, como enfermedades cardiovasculares o debilidad del sistema inmune.

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9. Darles demasiada importancia a las redes sociales

Seamos sinceros: casi todos nosotros, de una forma u otra, nos evaluamos de acuerdo a las redes sociales. Si subimos una foto y obtiene cientos de likes, nos sentiremos bien. Pero, si la foto no obtiene likes, ¿nos sentiremos mal? 

En este sentido, es importante no darles a las redes sociales más trascendencia de la que en verdad tienen. Si bien son divertidas e incluso una excelente herramienta, la cantidad de interacciones con nuestras fotos o nuestra cantidad de amigos no definen ni quienes somos, ni funcionan como un método de calificación.