Los niños tienen que aprender muchas cosas, y la familia, con particular atención a sus padres, son los encargados de enseñárselas. Sin embargo, cabe recordar que los adultos también podemos aprender muchas cosas de ellos y son de esas cosas de las que queremos hablarte hoy.
9 cosas que debemos aprender de los hábitos alimenticios de los niños



La comida no sustituye al amor
Aunque para los adultos tener la comida lista en la mesa puede significar amor y confort, para un niño es solo un plato que debe comerse y no sustituye a nada más.

Nadie se muere si queda un poco de tortilla en el plato
Los adultos hacemos verdaderos dramas si al pequeño de la casa le sobra comida. De los pequeños se puede aprender que no es para tanto, y que no pasa nada si sucede.

Descubrir que te gusta una nueva comida puede ser una experiencia increíble
Para los niños todo es nuevo, y es por eso que les sorprenden los nuevos sabores. Los adultos deberíamos probar a sorprendernos a nosotros mismos apostando precisamente a buscar nuevos alimentos de otras cocinas.

No comas si estás lleno o distraido
Los pequeños dejan de comer cuando se distraen o están llenos. A veces los adultos continuamos por pura cortesía, y no nos sienta especialmente bien.

Las frutas pueden ser caramelos
Las piezas de fruta, por su sabor dulce y porque resultan muy fáciles de llevar a cualquier lado, pueden convertirse en una especie de caramelo que degustar a cualquier hora.

No todas las comidas deben ser grandes comidas
Los adultos tenemos la extraña tendencia a que todo lo bueno debe servirse en grandes cantidades. En realidad, las grandes comidas son eso, grandes comidas. Pero las buenas comidas no tienen porque ser grandes.

El azúcar hace que todos estemos un poco más locos
Los pequeños saben que cada vez que comemos azúcar, nuestra energía se dispara. Y quizás a los adultos esto se nos olvida más de una vez.

No hay razón para terminarte el plato a no ser que tengas hambre
Si no tienes más hambre y sigues comiendo, algo que hacemos los adultos y no imitamos de los niños, lo único que pasará es que el plato acabará por sentarte mal.

Come lo que te gusta, y no te comas lo que te disgusta
Aunque en probar bien está la clave, si un alimento no te gusta, no fuerces que te tiene que gustar. Simplemente disfruta de la comida, comiendo aquello que realmente te parece delicioso.
Ya ves que los pequeños pueden convertirse, al menos en lo que a alimentación se refiere, en nuestros grandes maestros. ¿Cuántos de estos consejos ponías en práctica habitualmente antes de conocerlos?
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