Tal vez nunca te habías puesto a pensar en que las definiciones de los adjetivos “inteligente” y “sabio” tienen sus diferencias.
7 diferencias entre las personas inteligentes y las personas sabias


Ambas palabras hablan de forma positiva de alguien y si bien comparten algunas características, cada una posee determinados rasgos que la distinguen. La mejor manera de comprenderlo con más claridad es comparar las actitudes y acciones que tienen las personas inteligentes y las personas sabias en las mismas situaciones...
Ante nuevos conocimientos:
Las personas inteligentes no tardan en incorporar el conocimiento a su lista de saberes y se aseguran de aplicar lo que acaban de aprender muy muy rápido.
Por su parte, las personas sabias se toman todo el tiempo que necesitan para digerir adecuadamente la información y obtener una comprensión más profunda del tema.
Ante oportunidades nuevas y desconocidas:
Las personas inteligentes razonan de forma lógica y deciden que es más conveniente nunca exponerse a desafíos, ya que consideran que la seguridad y la certeza son más valiosos que lo que pueden aprender de un desafío.
Pero las personas sabias eligen desafiarse para adquirir más experiencia y crecimiento personal, porque saben que ponernos en situaciones desconocidas nos empodera más que cualquier otra acción.
Tal y como lo describe una frase de Mark Twain “una persona que ha tenido que tomar el toro por las astas ha aprendido de 60 a 70 veces más que la persona que nunca lo ha hecho”, en otras palabras: la experiencia puede ser nuestra mejor maestra.
Cuando mantienen conversaciones:
Las personas inteligentes solo se preocupan por expresar sus ideas y opiniones para que sean escuchadas y aceptadas por los demás.
Las personas sabias reconocen que no son los más inteligentes del mundo y están siempre abiertos a conocer y aprender información y opiniones nuevas que los ayuden a crecer.
Ante la resolución de problemas:
Las personas inteligentes consideran que saben mucho y confían en que están aptos para resolver cualquier pregunta o problema que se les presente, sin la ayuda de nadie más.
Por otro lado, las personas sabias saben que tienen algo con lo que defenderse, pero al mismo tiempo son conscientes de sus debilidades y siempre estarán dispuestos a escuchar y aprender de otros.
Ante el mundo material:
Las personas inteligentes se sienten atraídas por las nuevas tendencias, los celulares de último modelo, la ropa que todo el mundo viste y sobre lo que todos hablan.
Pero las personas sabias se interesan más en las experiencias que viven todos los días e identifican cuándo deberían apreciar y disfrutar de un momento especial.
Sienten satisfacción cuando:
Las personas inteligentes se sienten satisfechas cuando pueden resolver problemas por sí solos y demostrarles a todos que tenían razón.
Y las personas sabias están satisfechos con ellos mismos cuando con su trabajo logran inspirar a otros.
Cuando están en desacuerdo con alguien:
Las personas inteligentes discuten y argumentan para imponer sus ideas hasta que el otro reconozca que se equivocó y acepte su opinión como válida.
Las personas sabias no se interesan en cambiar la forma de pensar del otro ni en tener la razón, sino que aceptan que el otro piense de forma diferente.
¿Comprendes mejor cuáles son las diferencias entre estos dos tipos de personas? Las personas inteligentes se valen más de su lógica, de lo que es seguro y lo que está aprobado por todos. Las personas sabias tienen gran confianza en su intuición y sus emociones para guiarse y siempre están buscando oportunidades que los desafíen.
De todos modos, no pienses que por ser una persona inteligente no puede ser sabia, ni viceversa, cada cualidad puede trabajarse si lo deseamos.
¿Cómo te defines tú?








