Si hace mucho tiempo que quieres quitarte de encima, literalmente, unos cuantos kilos pero también quieres deshacerte de tu dieta ¡estás de enhorabuena!
Imperdibles trucos anti-kilos

Los últimos estudios científicos sobre el funcionamiento de nuestro cerebro pueden aprovecharse para planificar un cambio de hábitos con unos trucos anti kilos que nos hagan olvidarnos de dietas que nos llenan de ansiedad y en muchos casos desequilibran a nuestro organismo provocando que, en poco tiempo, recuperemos el peso y, como propina, algún que otro kilo más.
Parecer ser que el simple hecho de “saber” que estamos a dieta nos hace más propensas a comer más de la cuenta y a almacenar todo ese exceso. Todo ello, sin contar con la ansiedad que genera y nos pone en el doble de riesgo de asaltar el estante de los postres o la heladería más cercana.
Estos mismos estudios nos muestran algunos “interruptores” de nuestros malos hábitos que sin hacer dieta nos llevan a perder o dejar de aumentar montones de kilos al año, en algunos casos entre 5 y 10.
¿Cuáles son los mejores trucos anti-kilos?
Hay resultados increíbles como que hacerse voluntaria en una perrera te ayuda a perder peso ¡sin dejar de tomar ni un solo postre!
Ya sabíamos que tomar el arroz, la pasta y el pan integrales ayudan a regular el tránsito intestinal y a sentirse saciada antes y durante más tiempo. Ahora conocemos también que la fibra inhibe la absorción de la grasa, añádela a tu alimentación.
Duerme, duerme y duerme. Una hora más de sueño al día puede ayudarte a perder hasta 2 kilos al año, y dormir de menos, aumentarlo (si sumamos que dormir menos arruina tu piel, ¿te lo vas a pensar?).
Dormir menos de 6 horas aumenta un 35% tu posibilidad de engordar, pues la privación del sueño aumenta los antojos de dulces y almidones.

Desayuna. No desayunar cada mañana, engorda pues el cuerpo almacena más de los alimentos que tomas después si tras toda la noche vuelves a pasar varias horas sin comer.
Cepíllate los dientes en cuanto acabes de cenar, porque reduce a la mitad la posibilidad de que vuelvas a comer mientras ves la tele.
A más variedad de platos en la mesa, más comerás aunque no quieras, así que mejor pon varias clases de verdura que varias clases de salsa.
Empieza tu comida con una sopa, llegarás al plato fuerte con parte de tu estómago lleno y comerás menos de la comida más calórica.
Un refresco azucarado tiene las calorías equivalentes a unas 10 cucharaditas de azúcar... ¿Realmente no puedes vivir sin él?

Cuidado con las calorías de los líquidos: un zumo de fruta, por ejemplo, tiene las mismas calorías que la pieza entera pero no te sacia ni tomas su fibra. Si tienes sed, mejor bebe agua. Las señales visuales pueden engañarnos y llevarnos a consumir más o menos. En sus ensayos la Universidad de Cornell encontró todo tipo de personas que beben menos agua si el vaso es ancho y corto que si es largo y alto así que ¡pásate al vaso largo!
La comida casera engorda menos que la comida envasada o de restaurantes, así que come comida casera al menos cinco veces a la semana.
Los últimos estudios aseguran que el entorno influye en la absorción de los alimentos. En un ambiente agitado o ruidoso la comida engorda más. Come en lugares tranquilos.
Estos pequeños cambios no generan ansiedad, preparan a tu cuerpo para almacenar menos grasa y si sumas un poco de ejercicio, verás cómo sin demasiado esfuerzo tu cuerpo va perdiendo volumen y redefiniéndose.
¿No te parece realmente sencillo?








