No es un secreto que Meghan no tuvo el mejor recibimiento cuando se hizo público su compromiso con el príncipe Harry. Al igual que la princesa Diana (cuya historia puedes ver gratis aquí), tuvo que hacer caso omiso a las severas críticas de las que fue objeto.
Una tiara hizo enojar a Meghan y Harry días antes de su boda: la historia completa

Luego de su boda, salió a la luz una disputa que la duquesa tuvo por una tiara: te contamos toda la historia.

A pesar de las complicaciones que atravesó, para Meghan el día de su boda con el príncipe Harry fue uno de los más importantes.
La ostentosa ceremonia se llevó a cabo el 19 de mayo de 2018 y marcó un paradigma en la vida de los duques de Sussex.

El evento fue transmitido por televisión y se estima que fue sintonizada por millones de espectadores, pues tan sólo en Estados Unidos la vieron 29 millones de personas.
Sin embargo, el público estuvo lejos de imaginarse lo que sucedió poco antes del enlace.

Como se relata en el libro Finding Freedom: Harry and Meghan and The Making of A Modern Royal Family (Encontrando la libertad: Harry y Meghan y la creación de una familia real moderna), escrito por Omid Scobie y Carolyn Durand, Meghan tuvo un enfrentamiento mientras se preparaba para llegar al altar.

Todo se debió a un problema con la tiara que usó en ese día tan especial.
En un inicio, se dijo que el conflicto había sido con la propia reina Isabel, pero la biografía revela que éste fue con Angela Kelly, quien es la estilista oficial de la soberana.

La profesional de belleza y la novia tuvieron discrepancias, en cuanto a las joyas que debía llevar para la ceremonia.
Se había decidido que portaría una tiara que perteneció a la reina María y, aprovechando la visita de su estilista personal, le solicitó la diadema a Kelly (que estaba a cargo de guardarla), para usarla en la prueba de peinado.

Ésta se negó a darle el accesorio a Meghan para una de las pruebas de vestuario, lo que causó la molestia en la actriz y en Harry. Existen dos versiones sobre este suceso.

Una de éstas indica que la duquesa no era del agrado de los empleados del palacio de Buckingham, por lo que solían ser poco accesibles con ella.

La otra asegura que, según el protocolo, la royal debía concertar una cita para que la joya le fuera entregada, pero no lo hizo y por eso se encontró con una respuesta negativa. Finalmente, la reina Isabel II intercedió para que se la otorgaran, no sin antes recordarles que esa era la mecánica a seguir.

Por ende, podría decirse que todo fue un malentendido que contribuyó a la tensión entre Meghan y la familia real. ¿Quién crees que tenga la razón?
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