Paul Miller es periodista de The Verge, uno de los sitios más importantes sobre tecnología en el mundo, y el año pasado decidió emprender un viaje de exploración, salvación y libertad: pasar todo un año desconectado de internet. El viaje ha terminado y Paul Miller sigue vivo, pero con una visión más clara de los efectos del internet en las personas, ahora déjame contarte un poco de su historia.
Un año sin internet, la experiencia de Paul Miller

Un año sin conectarse a internet
Si te diriges a The Verge podrás leer de primera mano, y en inglés, mucho de lo que dice Paul Miller sobre su vida post y pre internet, pero te invito a continuar leyendo aquí todo lo que ha experimentado a través de mis palabras.
Al igual que muchos de nosotros, Paul Miller, hizo su conexión inicial en internet cuando tan solo era un niño, y luego de ese momento nunca más cortó el cable. Aquellos que tenemos menos de 25 años hemos experimentado esa vida, prácticamente fuimos criados con internet una vez que tuvimos las capacidades para controlar una PC.
Por esto mismo tenemos la duda de " cómo será la vida sin internet", y con esta duda todas las cuestiones de si es bueno o es malo, si genera problemas o los soluciona, y una de las preguntas más frecuentes: si mejora la relaciones personales o las empeora.
El 30 de abril de 2012 Paul Miller desconectó su cable de ethernet, apagó su WiFi y cambió su smartphone de última generación por uno simple móvil. Este era el primer paso para comenzar a descubrir todos los males que indirectamente acongojaban su alma a través de internet.
Primeros meses sin internet
El comienzo del viaje de Miller fue como todos lo hubiésemos esperado, sin internet, sin distracciones, sin toneladas de información vacía y banal, la vida se sintió mucho más real y viva. Según su relato comenzó a darse cuenta que todo lo que se hace con internet puede hacerse sin él, y es totalmente aceptable y fácil comprar un mapa de papel en vez de chequear Google Maps.
Por otra parte sin la posibilidad de conectarse con personas a través de redes sociales virtuales se vio forzado a realizar encuentros personales que lo hicieron sentirse vivo, real y mejorar su relación con otras personas.
La constante actividad fuera de internet lo obligó a moverse y a hacer cosas como andar en bicicleta, pasear e incluso ir al parque a jugar frisbee con un amigo. Miller, perdió algunos kilos sin darse cuenta y todas las personas dijeron verlo más feliz y alegre.
El estado intermedio
Para finales de 2012 Miller ya llevaba más de 6 meses sin internet, y su situación había cambiado en relación a esos vivos y reales primeros meses.
Su rutina había cambiado, ya no leía ni escribía tanto como antes, ya no salía a hacer deporte ni visitaba amigos a diario, ya no estaba estimulado por la excusa del no internet, ya que para él la excusa había desaparecido.
Estaba inmerso en el mismo ocio, banalidad y cansancio de la vida en el que estaba mientras utilizaba internet, mientras miraba mails, enviaba tweets y visitaba blogs de cualquier tópico, color y tema.
Las relaciones personales
Mes a mes Miller sintió cada vez más pesada la tarea de llamar a un amigo en vez de enviarle un mail, de ir a golpear su puerta en vez de llamarlo vía Skype y de concretar una cita con varios amigos sin la posibilidad de usar los grupos de Facebook.
Según sus palabras al principio fue fácil, porque las herramientas estaban, había formas, pero luego fue cada vez más difícil porque ya no era el reto de vivir sin internet, su meta se había convertido en su vida y sin el estímulo de "no usar internet" tampoco había necesidad de contactar a nadie, lo mismo que pasaba cuando aún estaba en la red.
Poco a poco su vida comenzó a ser solitaria, y al no estar en la red las personas solo podía contactarlo a través del teléfono o yendo a visitarlo. Uno de los versos más interesantes sobre las relaciones personales sin internet es el siguiente.
So much ink has been spilled deriding the false concept of a "Facebook friend," but I can tell you that a "Facebook friend" is better than nothing.
Miller dice: "Mucha tinta ha sido derramada ensuciando el concepto de " Amigo de Facebook", pero déjenme decirles algo, un "Amigo de Facebook" es mejor que nada".
Personalmente, yo, me considero opositor y enemigo de la teoría de los "Amigos de Facebook", pero nunca pensé que llegaría a leer un párrafo como el de Miller, hablando de la amistad de los "Amigos de Facebook" y que estos realmente significan algo, o por lo menos que su valor aparece luego de que los hemos abandonado.
Buscando una vida real
Buscar una vida más real era la primer misión de Miller, pero el concepto de vida real pareció desaparecer una vez que los mismos problemas que habían cuando estaba conectado a la red volvieron a aparecer sin internet.
Es claro que internet en mayor o menor medida ha formateado nuestras mentes, y que a pesar de estar en medio de una montaña a miles de kilómetros de una señal de WiFi podemos pensar "voy a tweetear esto". Entonces,, la realidad y la virtualidad ya se mezclan en el mismo mundo, e internet no es una experiencia individual y vacía, sino que se trata sobre la conexión que llegamos a realizar con los otros. La virtualidad se mezcla en lo real y viceversa.
En uno de los últimos momentos del ensayo de Miller, él cuenta como intentó explicar el concepto de internet a su sobrina de 5 años, y cómo es que él estuvo separado de ese mundo por un año. Para hacer el concepto sencillo para la niña dibujó un diagrama donde múltiples computadoras, móviles y demás dispositivos se conectaban a través de líneas. Una última línea conectaba a un garabato que identificaba a él mismo, Miller borró la línea y explicó a la niña que él ya no estaba conectado a todo eso.
Los mismos problemas existenciales de productividad, de relaciones personales y ocio estuvieron presentes durante ese año sin internet y es que internet nunca fue el problema, ya que al igual que un pistola que no mata por sí sola, internet no puede hacerte daño por sí solo.
Internet sirve para acercarse a las personas y a las cosas que nos interesan de una forma más rápida y sencilla. Nos ayuda a estar conectados.
Miller termina su relato con un reflexión:
When I return to the internet, I might not use it well. I might waste time, or get distracted, or click on all the wrong links. I won't have as much time to read or introspect or write the great American sci-fi novel. But at least I'll be connected.
"Cuando vuelva a internet, puede que no haga un buen uso de él. Puede que pierda mi tiempo, que me distraiga o que haga clic en links equivocados. No tendré tanto tiempo para leer, para hacer introspección o para leer una gran novela de ciencia ficción Americana.
Pero al menos estaré conectado."









