¿Teletransportación en la Biblia? Tenemos algunas teorías interesantes

(Este artículo no fue escrito con el afán de ofender a los religiosos ni con intenciones de evangelizar a nadie. Su único objetivo es el de despertar nuestra curiosidad).

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La Biblia es uno de los textos que más intriga ha despertado en la humanidad. Sólo díganselo a History Channel y a sus 20 mil especiales bíblicos que sacan cada mes.

Seas religioso o no, debatir e interpretar la Biblia puede ser un ejercicio interesante, sobre todo si eres creativo y mantienes una mente abierta. Eso fue lo que sucedió cuando algunas personas estudiaron este libro sagrado y se dieron cuenta que algunos fragmentos parecen hablar de algo salido de la ciencia ficción: la teletransportación.

Existen varias historias que se consideran como demostraciones de teletransportación en la Biblia. A continuación narraremos dos casos:

Después del bautizo

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El primero lo encontramos en el libro de Hechos 8, versículos del 26 al 40, específicamente del 38 al 40:

"Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino. Pero Felipe se encontró en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea".

En pocas palabras: Felipe bautizó a un eunuco y, cuando terminó su oficio, de repente desapareció para reaparecer en una ciudad a casi 50 kilómetros de distancia.

Del mar al puerto en un instante

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El segundo ejemplo se encuentra en una de las historias más emblemáticas de la Biblia. Cuando Jesús caminó sobre el agua, en Juan 6, versículos del 16 al 21:

"Al anochecer, descendieron sus discípulos al mar, y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos. Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba. Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo. Mas él les dijo: Yo soy; no temáis. Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra adonde iban".

En pocas palabras: en cuanto Jesús alcanzó al barco en el cual se encontraban sus discípulos, la embarcación llegó de repente a su destino.

Aunque la Biblia en ningún momento hace referencia explícita a la teletransportación (para empezar, esa palabra ni siquiera existía en aquellos tiempos), este tipo de fragmentos pueden ser interpretados de esta manera. O como una especie de viaje espiritual, lo cual es más congruente con la creencia de que Dios en omnipotente y omnipresente, además de que es capaz de otorgar dones a sus fieles.

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