Un piercing puede cambiar de su posición original y moverse a través de la piel. A pesar de que suena extraño este fenómeno es muy frecuente, y seguramente les ha pasado a algunos de nuestros lectores. Cuando tenemos un piercing en el cuerpo, nuestro organismo puede sentirlo como una agresión y esto se manifiesta a través del rechazo y de la migración del piercing; es por eso que hoy veremos cómo en realidad un piercing puede cambiar de posición.
¿Mi piercing puede cambiar de posición?

Sabemos que el cuerpo tiene mecanismos internos que lo ayudan a deshacerse de aquellos elementos que considera ajenos a él y que puedan representar un posible daño, y el piercing no escapa a esta defensa natural.

Cómo cambia el piercing de posición
Como te había comentado anteriormente, existen dos mecanismos principales mediante los cuales el cuerpo intenta eliminar el daño de la piel, y éstos son consecuentes uno del otro. Debemos tomar en cuenta que esto no sucede en todas las personas, pues hay unas más propensas que otras.
Lo que causa que un piercing pueda cambiar de posición es el rechazo del organismo hacia el objeto extraño (piercing), y se manifiesta a través de la migración del mismo a través de la piel y existen formas de prevenirlo.

Rechazo:
Probablemente alguna vez has escuchado sobre personas que han sido transplantadas y luego rechazan el órgano, pues esto mismo puede ocurrir con un piercing, ya que la piel lo considera como un objeto dañino. El rechazo es la causa de que el piercing comience a cambiar su posición.
Si comienzas a rechazar un piercing verás cómo el cuerpo lo empuja fuera de la piel y va cicatrizando, por lo que suele ser difícil mantener la perforación y el piercing sufre la migración.
Migración:
Cuando el piercing va “caminando” a través de la piel es porque la migración ha comenzado, esto implica que la pieza se va a ir acercando cada vez más a la capa superficil de la piel hasta ser expulsado. Generalmente queda una cicatriz cuando el piercing sale de esta forma, una vez que esto sucede, la posibilidad de la curación sin cicatrices es muy poco probable.

Síntomas que aparecen cuando el piercing está cambiando de posición
Cuando el organismo rechaza un piercing no lo va a expulsar de forma inmediata, por lo que aparecen algunos signos y síntomas que te darán una idea de si este proceso está ocurriendo:
- Dolor.
- Piel sensible.
- Enrojecimiento.
- El piercing se “afloja”.
Cuando tu cuerpo rechaza un piercing lo mejor que puedes hacer es quitártelo por tu cuenta antes de que te deje cicatriz. En el caso de que quieras volver a realizarte una perforación, debes esperar a que la piel cicatrice e intentar lucir tu piercing en otra parte del cuerpo; asimismo, es recomendable probar con diversos materiales.
¿Has rechazado algún piercing? Cuéntanos tu experiencia.








