Grandes, coloridas y algunas en forma de tiernos burrito, las piñatas constituyen uno de los simbolos más festivos del mundo, especialmente en países latinoamericano como Puerto Rico, Colombia o, sobre todo, México. En concreto, este último país ha convertido estas ollas de barro o cartón envueltas en papeles de colores y rellenas de dulces en uno de sus grandes iconos.
¿Es tu cumpleaños? Descubre el curioso origen de la piñata
Sin embargo, ¿cuál es el origen de la piñata?
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El (antiguo) color del pecado

Como muchos otros elementos propios de Occidente, el origen de la piñata cabe encontrarlo en China, país donde Marco Polo tomó apuntes hace más de 700 años de figuras de vacas y bueyes forrados con papeles de colores y rellenos con caramelos. Una curiosa costumbre que el explorador y comerciante exportó a su país de origen, Italia, donde una piñata rudimentaria comenzó a lucir en las celebraciones de la cuaresma entre los creyentes. Posteriormente, y coincidiendo con la colonización del Nuevo Mundo a finales del siglo XV, la costumbre de la piñata fue exportada a España (donde era conocida como "La Olla") y, por ende, a países de América como México, si bien se tiene constancia de un elemento similar elaborado por las tribus aztecas durante la celebración de adoración al dios de la guerra Huitzilopochtli, durante el mes de diciembre.
Las piñatas que utilizaban los españoles, tanto en su país de origen como en América, eran simple ollas rellenas de dulces pero carente del envoltorio colorido que lo caracteriza hoy día. Fue por ello que los misioneros que llegaron a México con intenciones de evangelizar a las masas decidieron forrar estas ollas con papeles de colores que llamasen la atención, al mismo tiempo que colocaban puntas en los envoltorios, ya fuesen siete (simbolizando los pecados capitales) o diez (a modo de representar los pecados que conllevan el inclumpimiento de Los Diez Mandamientos).
La inserción de la piñata colorida en medio de aquellos trópicos atraían a los indígenas que se resistían a convertirse al cristianismo, obteniendo como recompensa por hacerlo los muchos dulces que contenía aquella olla. Una artimaña efectiva para influenciar a las masas y que, como tal, se extendió a otras muchas colonias españolas en territorio americano.

En el siglo XVIII, las piñatas habían obtenido tal fervor popular que la Iglesia decidió retirarlas, ya que el objetivo de conversión había sido sustituido por la gula y picardía que acompañaba a unos fiestas mucho más informales y lúdicas en México, país que adoptó esta costumbre hasta límites insospechados.
Finalmente, la costumbre de la piñata fue incorporada de nuevo tras un hiatus de varios años en cumpleaños o fiestas navideñas en las que se seguía golpeando aquella estrella de siete puntas al grito de "Dale, dale, dale, no pierdas el tiro, porque si lo pierdes, pierdes el camino. Esta piñata es de muchas manas, solo contiene naranjas y canas." El envoltorio en forma de satélite con motivos religiosos también comenzó a ser sustituido por formas de carácter menos moralistas como, por ejemplo, un burro.
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El origen de la piñata en América cabe encontrarlo en la colonización española cuyos misioneros trataron de atraer a quienes rehusaban el cristianismo para convertirlos. Hoy día, por suerte, la piñata ha alcanzado un valor festivo que se desvincula de estas antiguas técnicas, sustituyendo las puntas y los pecados por formas de animales... y hasta de Minions, la versión de la piñata más usual del siglo XXI.
Y a nosotros, nos encanta.
¿Cuál fue la última vez que golpeaste una piñata?










