Estar en Facebook es casi obligatorio si quieres mantenerte en contacto con tus seres queridos, especialmente si están lejos y, por supuesto, espiar en qué andan tus amigos y no tan amigos.
Equivocaciones de Facebook que terminaron cerrando las cuentas de algunos usuarios

Por el tratar de entrar a tu cuenta en la mañana y enterarte que la red social te expulsó no es nada agradable, sobre todo si no cometiste ninguna falta y el error viene por parte de Facebook, tal como le ocurrió a las siguientes personas por las causas más disparatadas.

Fotos de obras de arte con desnudos
Una de las cosas prohibidas en Facebook, es subir fotos que incluyan desnudos, pero eso se refiere a personas y no a obras de arte.
Jerry Saltz, vio con sorpresa como Facebook cerró su cuenta por subir y exhibir imágenes pornográficas, aunque las únicas fotos subidas por Jerry eran de pinturas y esculturas medievales, las que si incluían algunos desnudos.
Saltz no violó ninguna regla, sino que el algoritmo de Facebook no supo separar el desnudo de una persona con el de una obra de arte. Por suerte, la red social solucionó el malentendido y volvió a activar su cuenta.

Compartir el nombre de una persona famosa
Tener el mismo nombre que una celebridad puede ser molesto y, aún más si es que te expulsan de Facebook solo por compartir tu nombre y apellido con una persona famosa.
Eso le ocurrió a Selena Gomez, no la cantante y ex novia de Justin Bieber, sino que a una chica norteamericana de 18 años llamada Selena Miranda Gomez, a quien Facebook acusó de estar suplantando a la estrella adolescente.
Selena Miranda Gomez, que incluso utiliza su segundo nombre en su perfil, intentó verificar su identidad con documentos oficiales, pero sus esfuerzos no dieron frutos.
Llamarse Mark Zuckerberg
En Facebook hay lugar solo para un Mark Zuckerberg y es su CEO, no otra persona, por lo que compartir el nombre con el creador de la red social puede significar la expulsión.
Eso le ocurrió a un hombre que, para promocionar su compañía, decidió cambiar legalmente su nombre a Mark Zuckerberg, beneficiándose así de la controversia que podría generar.
Si bien el usuario actuó de mala fe, no quiero ni pensar por lo que deben pasar los otros Mark Zuckerberg del mundo, ya que no tienen la culpa de llamarse igual al CEO de la Red Social más popular del mundo.

Usar el nombre por el que todos te conocen y no el real
¿Tu partida de nacimiento dice un nombre, pero las personas te conocen por un apodo o seudónimo? El usar un nombre diferente al real es razón de expulsión de Facebook, por más que la red social diga que está revisando esa regla.
La víctima fue el famoso escritor Salman Rushdie, cuyo primer nombre es en realidad Ahmed. Bajo las políticas de Facebook, el escritor que utiliza su segundo nombre, Salman, para todo, estaba violando sus políticas.
Finalmente, Facebook reactivó su cuenta, permitiéndole usar el nombre por el cual es conocido por millones de personas en todo el mundo, aunque me pregunto si la red social será igual de comprensiva si no eres un escritor famoso.

Tener demasiados amigos
Hay personas que no pueden evitar ser amigables y, a Joel Comm, un escritor y blogger, ser amistoso le afectó en Facebook, ya que se le notificó que su cuenta personal sería cerrada al alcanzar el límite de amigos, que es 5 mil, tras lo cual pasa a ser un personaje y no un usuario más.
Antes de perder su estatus de persona común en Facebook, se dedicó a enviar mensajes privados a sus mejores amigos, avisando cómo podían ubicarlo fuera de la red social. A Facebook no le gustó y cerró definitivamente su cuenta acusándolo de enviar Spam.
Tras reclamos y peleas con Facebook, logró recuperar su cuenta y, en vez de amigos, pasó a tener seguidores, aunque se le advirtió que a la próxima violación de reglas sería expulsado para siempre.
Facebook no es perfecto, pero situaciones como las que les describimos, demuestran que los errores en la Red Social más popular del mundo afectan a personas comunes y corrientes y, conseguir recuperar una cuenta cerrada por error, puede ser un verdadero dolor de cabeza o misión imposible.









