Emprendedoras: Start-up Chile las busca

Start-up Chile es un programa del gobierno chileno que busca incentivar el emprendimiento en el país a través del apoyo a desarrolladores nacionales e internacionales, que quieran realizar sus proyectos aquí. El programa ofrece 20 millones de pesos chilenos, visa de trabajo y soft landing para trabajar en el país por un periodo aproximado de 6 meses. 

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Hasta el momento se han abierto 10 convocatorias desde 2011 (3 anuales) y se han premiado 810 proyectos. Chile, Estados Unidos y Argentina han sido los países con más cuota de ganadores en el programa. 

Algunos de los emprendimientos más extraños han sido Kloof, una red social para mascotas, (sí, para mascotas) y Babybe, una aparato que emula las condiciones del vientre materno para los primeros meses de los recién nacidos.

Aunque en general la participación femenina en la industria tecnológica tiende a ser baja, según Patricia Hansen, directora de impacto social del programa, la cantidad de mujeres que han participado en el programa corresponde a un 17% de la participación total de los emprendimientos seleccionados por Start-Up Chile.

Algunos de los emprendimientos exitosos con equipos de alta cuota femenina o integrados por mujeres en su totalidad son: Babytuto, un portal de e-commerce de productos de bebés y niños, Adórate, un sitio web para comprar lencería, y Cranberry Chic, una especie de red social para mujeres que se conectan a través de la moda y sus outfits.

Según Hansen, lo más importante en un proyecto de emprendimiento es la “tracción” que se logre -entendida como la viabilidad en el mercado- y no sólo el apoyo económico inicial. “Algunos consideran un éxito el levantamiento de capital, pero en casi la totalidad de los casos viene luego de tener una base de clientes o usuarios importantes que validan el producto y dan las bases para el mercado que están captando.”

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Start-up Chile busca, además de incentivar el emprendimiento en el país, promover la interacción entre emprendedores chilenos y extranjeros para motivar las iniciativas nacionales para que los equipos locales se inspiren y aprendan a creer que sí es posible. 

Además, según Hansen, el flujo de extranjeros que atrae el programa también puede generar un cambio cultural: “Creemos que al traer extranjeros con nuevas ideas, nuevas formas de ver las cosas y redes globales, podemos generar el cambio para trabajar mejor y estar más conectados con el mundo.”

El país con mayor cuota femenina en sus participaciones en el programa es Estados Unidos, pero la participación de las mujeres de los países latinoamericanos parece ir en aumento. La próxima convocatoria de Start-up Chile abre en enero, y desde ya el programa invita a todas las mujeres emprendedoras del país, y también del extranjero, a presentarse con su propio proyecto.

¿Te animas a participar?

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