A veces las mejores cosas de la vida nacen de un inesperado accidente, como yo. O la Nutella. O la legendaria tonada de una de las mejores canciones salidas del norte de América. Todos saben que Johnny Cash es una de las más grandes leyendas de la música, en todo el mundo. Una invariable influencia entre los músicos que dejaron huella en la historia. Walk the Line es una de sus canciones emblema y de las mejores también.
Cómo un accidente con una cinta creó la magia del Walk the Line de Johnny Cash

La canción salió el primero de mayo de 1956, de la voz de un joven Cash de 24 años. La letra surgió tras bastidores durante una gira en Texas. En ella narra una promesa de resistir a las tentaciones y aferrarse a la fidelidad a su primera esposa, Vivian. Aunque todos sabemos que la promesa no tuvo tan buenos frutos, o al menos no definitivos, porque finalmente el hombre de negro dejaría a su esposa por June Carter, con quien coincidió durante varias giras.
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La tonada de Walk the Line, sin embargo, surgió de una forma un tanto más tenebrosa y accidental. Unos años antes, en 1951, mientras Cash se encontraba en Alemania durante la guerra. Ahí tocó en una banda country, junto a otros soldados, en una agrupación llamada Landsberg Barbarians.
Una noche, mientras estaba en el turno nocturno de 11 a 7, escuchando a los rusos, descubrió al regresar que alguien había estado jugando con su cinta de los Babarians, y al escuchar el contenido lo que sonó fue una tonada macabra, que recordaba música de iglesia, pero con un toque creepy. Incluso llegó a escuchar el susurro "Padre".
Por horas Johnny intentó descubrir qué era lo que estaba sonando, preguntó a sus compañeros y nadie supo darle respuesta. Finalmente se dio cuenta que, de alguna forma, la cinta había sido puesta en reversa y eso era lo que sonaba: La música al revés.
I was on the eleven-to-seven shift in the radio intercept room one night, listening in on the Russians, and when I got back to the barracks in the morning I discovered that someone had been messing with my tape machine. I put on a Barbarians tape to test it, and out came the strangest sound, a haunting drone full of weird chord changes. To me it seemed like some sort of spooky church music, and at the end there was what sounded like somebody saying "Father." I played it a million times, trying to figure it out, and even asked some Catholics in my unit if they recognized it from one of their services (they didn't), but finally I solved the puzzle: the tape had gotten turned around somehow, and I was hearing Barbarian guitar chords played backward. The drone and those weird chord changes stayed with me and surfaced in the melody of "I Walk the Line."
La melodía quedó con él por años y finalmente la utilizó para este legendario tema. Originalmente era más lenta la melodía, pero finalmente quedó como hoy la conocemos, con sus versos susurrados y su ritmo inconfundible y revolucionario. Ojalá tuviéramos más accidentes así.
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