Cómo la Internet hizo realidad la Biblioteca de Babel de Borges: una colección de todas las frases que se pueden llegar a escribir

«El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente».

Así comenzó Jorge Luis Borges La biblioteca de Babel, una historia en la que describe un universo que en verdad es una biblioteca inmensa donde se pueden encontrar todos los libros de hasta 410 páginas que alguna vez se han escrito o que en algún momento se escribirán.

PUBLICIDAD

Parece algo que jamás podría salir del campo de la imaginación, sin embargo, gracias a las computadoras, se ha vuelto una realidad.

Monos infinitos

Imagen Thinkstock

De cierta manera, la idea de esta biblioteca existía antes de que Borges la describiera, en forma de un teorema matemático con un nombre bastante peculiar: el teorema del mono infinito.

La premisa es que, eventualmente, si un mono pasara una cantidad infinita de tiempo pulsando arbitrariamente todas las teclas de una máquina de escribir, podría producir cualquier texto. Podría, por ejemplo, reescribir Hamlet en su totalidad.

Obviamente, la imagen del mono con su máquina de escribir no es más que una metáfora. Sin embargo, si se consiguiera una máquina que pudiera producir todas las combinaciones de letras y símbolos (incluyendo espacios y signos de puntuación) posibles, en algún momento también sería capaz de escribir Hamlet o el contenido total de la última edición de la Rolling Stone.

Incluso podría producir este mismo artículo, así como su traducción a cualquier idioma, a pesar de que todavía no he terminado de escribirlo. Sin importar cómo decida terminarlo, esta « Biblioteca de Babel» tendría un libro que lo contenga en alguno de sus estantes.

De una idea a una realidad

Imagen Thinkstock

Cuando se publicó La biblioteca de Babel, en 1941, su realización parecía imposible, pero hoy en día la tecnología ha avanzado muchísimo y solo era cuestión de tiempo antes de que alguien asumiera este desafío.

PUBLICIDAD

Quien finalmente lo hizo fue un hombre llamado Jonathan Basile, un programador con un profundo amor por la literatura y la iteración (lo que él llama «iteratura»). Gracias a él, la Biblioteca de Babel existe y la puedes visitar aquí.

Lo que Basil creó fue un algoritmo capaz de buscar cualquier combinación de letras y símbolos entre los estantes de esta biblioteca virtual y producir una ubicación exacta y permanente de cada página en que aparece.

Imagen ThinkStock

En teoría, entonces, esta biblioteca virtual contiene toda novela, todo estudio científico, todo documento legal y, por qué no, todo artículo de Batanga que se haya escrito o se pueda escribir en el futuro.

Increíble, ¿no? El problema es que por cada libro coherente, hay miles de libros que no consisten en más que páginas y páginas de combinaciones de letras sin sentido. Este inconveniente no escapó a Borges, quien escribió:

«La certidumbre de que algún anaquel en algún hexágono encerraba libros preciosos y de que esos libros preciosos eran inaccesibles, pareció casi intolerable».

¿Te animas a explorar esta inmensa biblioteca?