Son muchos los padres que cuando ven a sus hijos jugar “a matar” se preocupan mucho, sobre todo cuando juegan a "matarse" unos contra otros. Esta violencia, aunque sea en fantasía, ocasiona a muchos padres cierto malestar porque les parece algo más que un simple juego. Es importante que los padres aprendan qué significan los juegos para los niños y así saber cuándo se debe intervenir y cuando no es necesario.
¿Hay que establecer límites para un juego infantil violento?
Aclara tus valores
Los niños aprenden el poder de las relaciones a través del juego. Cuando los niños “matan a los malos” en el juego, en su mente están ejerciendo control sobre el mundo.
Si ves que tus hijos juegan a matar, tendrás que pensar el tipo de valores que estás promoviendo en casa e intentar que exista una cultura más pacífica en tu hogar. Los niños necesitan modelos de resolución de conflictos que sean respetuosos por ambas partes, y que no sean dañinas ni física ni emocionalmente.
Evita comprarles pistolas de juguete
Es importante que en los límites que se establezca en el juego de los niños no existan armas de juguetes de aspecto realista. Si tu hijo quiere disparar jugando puede hacerlo con palitos de helado o con un periódico enrollado, que rápidamente se puede convertir en otra cosa como un micrófono. En NINGÚN caso se tendría que proporcionar a los niños una pistola de juguete.
Aprende a intervenir
Si hay dos niños que están jugando a lucha libre pero sonríen y están de broma, todo va bien. Pero en el momento que veas que alguno de los dos no está disfrutando, tendrás que intervenir rápidamente y ayudarles a entender que se han pasado de la raya.

Permite la libertad de acción
Los chicos necesitan cierta libertad de acción, pero si prohíbes que tu hijo juegue “a matar” o a luchas, es más que probable que el juego se vuelva mucho más atractivo para él y que juegue a ello siempre que tú no estés presente. Al prohibirle jugar a algo le estarás otorgando intriga y poder. Puedes permitir que tu hijo juegue, pero simplemente tendrás que mantener el tema abierto a una comunicación.
No le avergüences
Aunque algo te provoque malestar no se justifica para que hagas que tu hijo pase vergüenza, esto hará que tus hijos enmascaren sus sentimientos y actúen con una falsa valentía. Si juega a un juego que no comprendes, intenta hablar con él y ver su perspectiva del juego para saber si es o no apropiado.
Tomen decisiones juntos
Si notas que tu hijo se pone demasiado nervioso o violento cuando está jugando, entonces tendrás que hablar con él para que se calme y trabajar juntos para encontrar una solución de un juego más apropiado. Puedes decirle cosas como: “Sé que te estás divirtiendo y que es un juego de mentira, pero las armas me dan miedo. Las armas reales pueden matar a una persona de verdad y no me gusta cuando apuntas con el dedo. ¿Qué crees que deberíamos hacer para que el juego sea más tranquilo?”
Señala las cosas buenas
Es importante que para establecer límites no lo hagas con carácter restrictivo o demasiado autoritario. Si quieres establecer límites en el juego tendrás que hacerlo con ellos para que las normas que decidan sean acordes y que todos estén contentos.
Además puedes ayudar a que tus hijos vean la importancia de promover el bien, jugando a superhéroes para ayudar a las personas necesitadas y a la sociedad en general.
Después de leer esto, espero que no te estreses mucho cuando tu hijo juegue a luchar o a “matar”, eso no significa que tu hijo en el futuro sea un delincuente. Únicamente tendrás que establecer límites para que entienda qué valores son los correctos.
María José Roldán tiene una diplomatura como Maestra de Educación Especial (Pedagogía Terapéutica) cursada en la Universidad de Barcelona, España, en la Facultad de Formación del Profesorado. Además, es licenciada en Psicopedagogía por la UOC (Universidad Abierta de Cataluña, España). Desde el 2008 trabaja en contacto con el sector educativo y brinda asesoramiento individual a padres y madres.








