La mayoría de nosotras asumimos que los quiroprácticos son buenos sólo para aliviar dolores en el cuello y en la espalda. Sin embargo, la medicina quiropráctica se centra en los trastornos de los sistemas musculoesqueléticos y nervioso, por eso hay varias cosas de las que puedes curarte o al menos aliviar con quiropraxia y quizás no lo sabías.

Se acerca el comienzo de un nuevo año escolar y con él un problema que año afecta a miles de chicos: el peso de la mochila y el efecto en sus espaldas.

Innumerables veces llegamos a casa luego del trabajo con un fuerte e intenso dolor de espalda que nos provoca un terrible malestar justo en el momento en el que llegábamos buscando un descanso. Los medicamentos prescritos por el médico aún no han sido suficiente y no están logrando su cometido, tras lo cual finalmente te decides a visitar un quiropráctico.

La quiropráctica es una buena alternativa para detectar, corregir y prevenir problemas a nivel lumbar, es la opción indicada para remediar dolores en la espalda y cuidar la salud de nuestro sistema lumbar. Tiene muchos beneficios cuando su tratamiento se lleva a cabo adecuadamente y es muy popular por ejemplo en el deporte y en el embarazo.

Seguramente haz oído hablar de que alguna vez tus padres acudieron al “compositor de huesos”, esas personas que hacían unas maniobras extraordinarias que quitaban el dolor inmediatamente, al lograr alinear los huesos.

Entre los métodos alternativos para mejorar los problemas músculo-tendinosos y óseos, la quiropraxia tiene un sitio de honor. Este método ha sido practicado desde la antigüedad y ha tomado nuevas formas gracias a los estudios de especialistas en el área.