Allí por la década del 70, surgía Scooby-Doo como una serie de dibujos animados. Este grupo de amigos y su perro, revelando misterios y capturando criminales, se hizo tan popular que, a pesar de que pasaron más de 40 años, sigue siendo un éxito y tiene muchas nuevas versiones.

Ya tenemos El libro de la Selva, La Cenicienta y, en poco tiempo, El rey León. La temporada de re-boots en live-action de los más grandes clásicos de Disney está más viva que nunca.

El ladrón de guante blanco, ladrón caballero o ladrón fantasma es un arquetipo de personaje aparecido en la literatura que hace referencia a aquellos criminales que dedican su vida al robo de los tesoros más caros sobre el planeta. Esta tarea es presentada tanto como un arte y una ciencia, al apelar a un estricto entrenamiento físico y mental, una personalidad elegante y manipuladora, pero también a una serie de artefactos, herramientas y gadgets a veces inverosímiles, para lograr vencer a las más complejas trampas y guardias en torno al objeto por robar.

La culpa ha sido un condimento siempre presente en la psicología de Spider-Man desde el momento en que su inacción, indirectamente causó la muerte de su Tío Ben. Pero Spidey también se ha considerado a sí mismo el principal responsable de la aparición de varios criminales, ya sea de manera directa o indirecta. Peter Parker se ve a sí mismo como un ser que induce el conflicto y despierta rencores en sus enemigos, por lo que no es extraño que se haya planteado varias veces colgar su traje, pero… ¿qué tanto de verdad hay en esta afirmación?

Stanley Martin Lieber, más conocido como Stan Lee o Stan «The Man», falleció el 12 de noviembre de 2018, para pasar a formar parte del panteón de los maestros del mundo de los cómics. Pero a pesar de toda su fama y popularidad –arraigada en ser recordado como uno de los creadores de muchos personajes de Marvel y uno de los principales responsables de convertir una casa editorial pequeña, en una de las compañías más importantes de la industria– no muchos están al tanto de cuales fueron los verdaderos aportes de Stan Lee a la narrativa, el estilo argumental y otros aspectos que marcaron para siempre a la industria de los cómics durante la Era de Plata.

¿Qué hubiera sido de los 90 sin películas de terror slash? Exacto, no podríamos burlarnos de sus hilarantes parodias donde adolescentes atolondrados huyen (inútilmente) de un asesino en serie.