Con el inesperado final de Split, el mejor giro sorpresivo dramático de M. Night Shyamalan desde Sexto sentido, el director probó que todavía tiene la habilidad de desafiar las expectativas de la audiencia y redimensionar toda una historia agregando un pequeño detalle hasta entonces desconocido.

La secuela de Split y Unbreakable está cada vez más cerca y el hype comienza a crecer desmesuradamente. Como sabemos, Glass será la encargada de terminar de forjar el «universo de héroes realistas» de M. Night Shyamalan luego de la impactante revelación que supuso ver a David Dunn (Bruce Willis) sobre el final de Split.

En nombre de los grandes blockbusters que, salvo excepciones, parecen condenados a repetirse o ensayar pequeñas variaciones de una misma idea o concepto a lo largo de universos cinematográficos o sagas interminables, el cine de género ha venido a dar la cara, trayendo al séptimo arte esa energía que proviene de lo nuevo, desafiante o sorprendente.

Sin la necesidad de ser secuelas, ni necesariamente pertenecer al mismo universo, los cinematógrafos responsables de estas películas nos volaron la cabeza con ese pequeño guiño que conecta sus películas.

Tratar de contener nuestro hype respecto a Glass, la esperada secuela de Split y Unbreakable es de por sí una tarea casi imposible, pero la dificultad crece aun más cuando las ya usuales filtraciones de hollywood comienzan a aparecer.

Desde que nos enteramos de la existencia de esta suerte de «Shyamalanverse» que conecta Split y Unbreakable, dos obras maestras de M. Night Shyamalan, nuestras expectativas por Glass, la secuela de ambos films, son más altas que nunca.