Desde este 1 de noviembre, más de 42 millones de personas dejaron de recibir sus cupones de alimentos debido a la suspensión de SNAP derivada del cierre de gobierno. Pese a que se espera que el programa reciba fondos de emergencia tras un fallo de dos jueces federales, la incertidumbre crece entre la población, que ya hace largas filas para recibir ayuda en bancos de alimentos. Mira también: Sin señales de avance, cierre de gobierno se convertiría esta semana en el más largo de la historia.

A pesar de que dos jueces federales ordenaron usar fondos de emergencia, más de 42 millones de personas en Estados Unidos que dependen de cupones de alimentos no los recibirán este 1 de noviembre hasta que el gobierno Trump defina cómo hacer la financiación de los pagos para reactivar el programa SNAP. “Lamentablemente se producirán retrasos mientras los estados obtienen los fondos”, aseguró el mandatario en Truth Social. En contexto: Juez federal ordena al gobierno Trump financiar el programa SNAP durante el cierre del gobierno.

Dos jueces federales dictaminaron que la administración Trump debe seguir financiando el programa SNAP utilizando fondos de contingencia durante el cierre del gobierno. La noticia trae alivio a miles de familias hispanas que dependen de los cupones para tener un plato de comida en casa.

Decenas de personas llegaron hasta la Asamblea General de Carolina del Norte en Raleigh para exigir la protección de Medicaid, alegando que, en vez de destinar fondos a agencias como ICE, se priorice la salud. “Una de cada cuatro personas depende de este programa, son casi 3 o 4 millones de personas en el estado”, denuncia Tania Trejo-Méndez, de Planned Parenthood South Atlantic.

El fiscal general de Carolina del Norte, Jeff Jackson, demandó al Departamento de Agricultura de Estados Unidos y la Oficina de Administración y Presupuesto por la suspensión de los beneficios de SNAP. La querella, que es en conjunto con otros 23 estados gobernados por demócratas y el Distrito de Columbia, alega que la decisión es “ilegal”, debido a que se está negando el uso de $6,000 millones disponibles en fondos de emergencia para mantener el programa activo.

Los institutos nacionales de salud financian gran parte de la investigación en el Triángulo, en universidades como Duke, UNC y Wake Forest, según explica Priscilla Cabral, de la Sociedad Americana contra el Cáncer. Los fondos destinados a este propósito son claves para desarrollar tratamientos que salvan vidas y sostienen miles de empleos. “Los recortes propuestos incluyen programas de prevención del cáncer”, asegura Priscilla.