El episodio 125 de Dragon Ball Super nos permitió presenciar un momento único en su historia: Toppo ascendía como dios de la destrucción. Implacable y absoluto, rodeado del ki «hakai». Su apariencia, algo más flácida, se tornaba muscular e imponente; su mirada endurecida se teñía con el color de su ki... pero más curioso aún, el torso del guerrero de la justicia dibujaba una marca tan curiosa como llamativa.

Como cada fin de semana, otro capítulo de Dragon Ball Super fue estrenado. Bajo el título «¡Imponente presencia! ¡El Dios de la Destrucción Toppo!», este episodio nos regaló la oportunidad de concurrir al nacimiento de un dios de la destrucción.

Damas y caballos fans de Dragon Ball y todo anime en el mundo, como descubrió Nintendo con sus Pokemon y The legend of Zelda Symphonics, la música de todo aquello que nos cause nostalgia es una idea millonaria y todos los millennials estaríamos dispuestos a pagar nuestros buenos doblones de oro.

Dragon Ball es una saga que ha ganado millones de corazones alrededor del mundo gracias a su inolvidable historia y divertidos personajes. Algunos estudios apuntan que los fans hasta son más sociables que los de otros fandoms.

Luego de que en la saga de Majin Buu se abriera la posibilidad de que dos seres su fusionaran en el universo de Dragon Ball, muchos fanáticos nos viajamos mentalmente ante la posibilidad de conocer las fusiones de nuestros personajes favoritos de la serie.

Recientemente fue anunciada la noticia más devastadora para cualquier fan de Dragon Ball: el anime finalizaría el próximo 25 de marzo, aparentemente, con el episodio 131. El torneo de fuerza daría término a más de dos años de serialización y nos dejaría con un vacío existencial cada fin de semana hasta su regreso, el cual era incierto.