A lo largo de la historia del cine las películas épicas han tenido un lugar de privilegio. En ellas los productores de Hollywood gastaron muchísimo dinero para fascinar a millones de espectadores de todo el mundo.

Entre estos diez actores hay algunos que no pueden dejar de sobreactuar, aunque lo hayan intentado. Pero otros se la juegan en cada interpretación, a veces logrando una sobriedad exquisita. Pero, eso sí, cuando sobreactúan no lo pueden hacer mejor —o peor, según el caso—.

Al pensar en los actores de Hollywood, lo primero a lo que los asociamos a la fama, el dinero, los lujos y los placeres que los mejores representantes de esta profesión pueden disfrutar.

Gran parte de la población tuvo (y tiene) gran estima por el fallecido Steve Jobs, líder de Apple y creador de las famosas Mac y de los subproductos como iPhone, iPod y demás. Esta adoración se tradujo también al cine ya que, tras su muerte, miles de estudios pusieron en marcha sus propias biopics sobre el genio de la informática.

Los hechos que suceden en las películas son, en su mayoría, ficción. Todos sabemos que sin importar el género al cual pertenece el film, el 90% de lo que ocurre parte de una puesta en escena. Claro que también hay obras que están inspiradas por acontecimientos reales, pero esto no quiere decir que todo lo que narren sea exactamente aquello que ocurrió realmente fuera de la pantalla grande.

No hay país que no tenga la maldición de policías corruptos que superan en avaricia y crueldad a muchos delincuentes. Y de la realidad a la ficción hay un solo paso, y por eso en el cine de intriga y de acción proliferan polis buenos y terribles.