Recordemos nuestra niñez por un momento... Mejor aún, recordemos nuestras tardes frente a la televisión. Seguramente estés pensando en tu serie animada preferida o tu personaje más querido. Claro que dependerá de tu edad y gusto, pero si hay algo que está ligado a nuestra infancia, y que no podremos olvidar jamás, son las series animadas.

En los últimos años, la cultura oriental ha embrujado a un Occidente cada vez más abierto al movimiento zen, las artes meditativas, la gastronomía exótica y los aromas de sándalo e incienso.

Más allá de estereotipos, lo que antes era una vuelta de tuerca inesperada pasó a convertirse en un recurso de moda. Hablamos de los personajes principales femeninos, tanto en heroínas como en villanas.

"Mira que tierno el gatito, acaba de desarmar el rollo de papel higiénico del baño y de paso destruyó el sillón nuevo a arañazos :D"

Los robots, son máquinas que los humanos han creado, diseñado y programado para funcionar a nuestro beneficio y, cada vez son más inteligentes, requiriendo menor interacción.

El proceso de creación y las truculencias productivas de una serie es uno de los grandes enigmas que todos los fans tienen; conocer el trabajo que hay detrás de las cámaras aporta un plus de información que hace más enriquecedora la experiencia serializada, pues nos permite reparar en detalles y guiños imperceptibles.