Los trastornos alimenticios pueden tener impacto a corto y a largo plazo sobre la salud. Veamos algunas consecuencias en relación con el hecho de restringir la comida que se come, en sufrir crisis de bulimia y utilizar medios compensatorios:

La anorexia se define como una afección consistente en no tener apetito, y es una enfermedad que puede considerarse crónica. Es peligrosa porque la persona se ve sometida a una malnutrición: no solo los nutrientes no ingresan a su organismo, sino que los depósitos de los mismos se van consumiendo hasta un punto en el que la muerte es una posibilidad.

La anorexia nerviosa es un trastorno alimenticio que corroe cada vez más vidas adolescentes. Se trata de una enfermedad que impulsa a las personas a obsesionarse con su peso y con su alimentación. Los anoréxicos se esfuerzan por mantener un peso mucho menor al que deberían tener para su edad y altura.

¿Se han dado cuenta que diversas modelos o actrices que llevan una mala calidad de vida regida por los parámetros de las dietas y el alcohol están demasiado delgadas? Es porque sufren de un nuevo mal que le sigue a la bulimia y a la anorexia, se llama Alcohorexia. Se trata de ingerir lo mínimo e indispensable de alimentos e ingerir grandes cantidades de alcohol. O en otros casos directamente reemplazar los alimentos por el alcohol.

Estas dos enfermedades, la bulimia y la anorexia, que afectan principalmente a mujeres, siguen siendo amenazadoras en la actualidad a pesar de las campañas para concientizar a la población que se han dado en los últimos años.

La anorexia es un trastorno alimenticio y psicológico común entre las mujeres, sobre todo en plena adolescencia y juventud. En una sociedad en la que predomina un modelo de belleza que apunta a tener el cuerpo perfecto y en la que todo parece guiarse a través de la imagen, lamentablemente muchas chicas no se sienten conformes con su cuerpo y recurren a medidas extremas, como dejar de comer, para adelgazar y así “encajar” en ese ideal preestablecido.