“Recuerda que algún día vas a morir” es una frase que cuando somos jóvenes, lejos de aterrarnos, se convierte en el combustible más poderoso para nuestra motivación y nuestro esfuerzo de perseguir todos nuestros sueños y metas.

Las personas para poder estar sanas debemos seguir una alimentación equilibrada que nos ayude a estar bien por dentro y por fuera, pero cuando se trata de los adolescentes la cosa se vuelve aún más importante.

Todos hemos escuchado hablar de la importancia y los beneficios del zinc. Es uno de los minerales imprescindibles que nuestro organismo necesita para su correcto funcionamiento. El zinc está presente en casi todos los tejidos del cuerpo humano y desempeña un importante rol a nivel enzimático, en la creación de ADN y tiene mucha importancia para el sistema inmune.

Comer sano significa conseguir el equilibrio justo de nutrientes que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente. Además de hacer mucho ejercicio, el tener una dieta saludable es uno de los mejores hábitos que se pueden incorporar. A pesar de que casi todos tenemos esto muy claro, a veces es difícil saber qué y cuánto comer, sobre todo cuando estamos en la adolescencia o en la juventud.

Cuando iba al colegio y salía apurada (por robarle unos minutos más a la cama), nunca desayunaba, y ahí siempre aparecía el reto de mis padres: ¡no puedes irte sin desayunar!