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El asesinato sin resolver de la niña Brittany Locklear: 24 años sin respuestas ni arrestos

En enero de 1998, la niña de cinco años esperaba el autobús que la llevaría a la escuela junto a su madre, quien decidió volver a casa para ir al baño. Fueron unos solo minutos, pero eso bastó para que la pequeña fuera secuestrada. Su cadáver sería hallado desnudo y con signos de abuso sexual en una zanja de la carretera. A pesar de las pistas recopiladas, las autoridades nunca han podido encontrar al asesino.

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Aquella mañana fría del 7 de enero de 1998, Connie Chavis estaba parada junto a su hija, Brittany Locklear, de tan solo 5 años, en la parada de autobús escolar cercana a su casa en Raeford, Carolina del Norte, para que la pequeña tuviera su primer día de clases tras las vacaciones navideñas.

Mientras veía a su hija vestida con los colores vivos que tanto le gustaba, Chavis se dio cuenta que el autobús iba con retraso y, al no aguantar más, le dijo a su pequeña que esperara allí mientras ella regresaba a su casa para ir al baño.

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Fueron tan solo unos minutos en los que la mujer fue y regreso desde su casa, pero bastaron para no volver nunca más a su pequeña Brittany, quien sería agredida sexualmente, antes de ser asesinada y encontrada sin vida en una tubería de la cañería, a tan solo tres millas de su casa.


Tras digerir el impacto de no verla en la parada del autobús, unos vecinos se acercaron hasta Chavis para contarle que habían visto a un hombre blanco secuestrar a la pequeña y escapar a bordo de una camioneta.

Pensando que era un malentendido, Chavis se acercó hasta la escuela primaria West Hoke a la que se suponía debía llegar su hija y cuando les preguntó a las autoridades escolares si la pequeña estaba en clase, ese ‘no’ que encontró como respuesta terminó por derrumbarla.

Consciente de estar perdiendo valioso tiempo, la mujer reportó la desaparición de su hija ante la policía y los oficiales de la Oficina del Sheriff del Condado de Hoke, quienes de inmediato se movilizaron en las carreteras cercanas para tratar de localizar a esa camioneta descrita por aquellos vecinos.

A la búsqueda se unieron cientos de personas de la zona, con la esperanza de encontrar con vida a esa niña querida por todos. Sin embargo, a tan solo dos horas de la desaparición, comenzaron a aparecer sus pertenencias a lo largo de la carretera: primero su mochila violeta, luego su oso de peluche y por último sus zapatos de Pocahontas que tanto le gustaba usar.

Imagen @Ambeeeeee_/Twitter

Ante estos hallazgos, las autoridades comprendieron que el secuestrador había ido tirando las cosas por la ventana de su camioneta mientras escapaba, por lo que intensificaron la búsqueda con avionetas y helicópteros, mientras la esperanza de encontrar a Locklear con vida se iba desvaneciendo.

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Al día siguiente, ya con el cielo despejado de lluvia y con el agua corriendo sin encharcarse por las zanjas de la carretera, el cuerpo de Locklear fue hallado a tan solo tres millas de su casa boca abajo, sin ropa y hundido dentro de la tubería de drenaje.

Más tarde, las autoridades determinarían que la pequeña había sido llevada hasta donde fue encontrada y allí había sido violada, antes de ahogarla en el agua. “Es una noticia triste (…) porque esperábamos encontrar su cuerpo con vida”, explicó en su momento el sheriff Wayne Byrd, contó The Observer.

Si bien la noticia sobre el descubrimiento del cadáver derrumbó a la madre y al padrastro de la niña, ninguno de los imaginaba que pasarían 24 años sin que las autoridades pudieran encontrar al culpable de la muerte de su hija.

“Muchos de nosotros estamos muy frustrados porque no pudimos encontrar más sospechosos potenciales, a pesar de haber recopilado muchas pistas”, le dijo al sitio Fred McKinney, un agente retirado que estuvo involucrado en el caso.


En la actualidad, Chavis -quien no puede imaginar que su hija estuviera cerca de cumplir 30 años- dice que, aunque todavía tiene esperanzas de que se haga justicia en nombre de su hija, también es consciente de lo difícil que eso puede ser, por lo que se ha hecho a la idea de dejarlo todo en terrenos divinos.

“Si no es aquí, lo pagará en el más allá”, agrega lamadre, quien siempre anhelo ver a su hija convertirse en una piloto, como alguna vez le dijo.

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Aunque el tiempo ha enfriado el interés por la búsqueda, las autoridades siguen solicitando la ayuda de cualquier persona que tenga algún tipo de información que pueda ayudar a esclarecer el caso e incluso se ofrece una recompensa de 20,000 dólares.