Tras ser expulsados de un bar, volvieron con una arma y abrieron fuego; ahora podrían pasar el resto de su vida en prisión

Dos hombre que acudieron a un club de striptease el pasado 31 de octubre para celebrar Halloween fueron expulsados por negarse a usar mascarillas. Pero regresaron supuestamente armados con un rifle automático que usaron para abrir fuego desde un automóvil, hiriendo a dos empleados del establecimiento y un cliente.

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Dos hombres de California que abrieron fuego con un fusil automático contra un club de striptease de Anaheim, California, del que habían sido expulsaron por negarse a usar mascarillas, confrontan cargos por los que podrían pasar el resto de su vida en una prisión estatal. Otro tercer hombre también ha sido vinculado al hecho.

Edgar Nava-Ayala, de 34 años, Daniel Juvenal Ocampo, de 22, Juan José Acosta, de 20, acudieron al bar Teatro Sahara el pasado 31 de octubre para celebrar Halloween, pero fueron expulsados por negarse a cubrirse la cara en prevención del coronavirus, de acuerdo con un comunicado de la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Orange.


Luego de que los tres se fueron del lugar, supuestamente regresaron armados con un fusil automático AK-47 que usaron para abrir fuego desde un automóvil Toyota modelo Camry, de color rojo. Nava habría disparado por lo menos en 15 ocasiones, hiriendo en la parte superior del cuerpo a dos empleados del establecimiento, un cliente y otra persona.

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Tres de las víctimas fueron hospitalizadas, mientras que una cuarta evaluada en el lugar de los hechos se negó a recibir tratamiento. Los investigadores encontraron el arma usada en el tiroteo del día siguiente, dijo la policía, citada en el sitio The Orange County Registrer.

Los tres sospechosos son residentes de Anaheim que fueron fichados como sospechosos de intento de asesinato, dijo la policía. Fueron detenidos el 17 de noviembre tras imponérseles una fianza de 500,000 dólares, dijo el sargento de policía Shane Carringer.


Nava-Ayala ha sido acusado de tres delitos graves de intento de asesinato con premeditación y deliberación, tres delitos graves de agresión con un arma de asalto y un delito grave de disparar a un edificio ocupado. También se le han imputado otros siete delitos graves que lo exponen a una sentencia máxima de 82 años o cadena perpetua.

Cargos similares confronta Juvenal Ocampo, que se enfrenta a una sentencia máxima de 21 años a cadena perpetua en la prisión estatal si es declarado culpable de todos los cargos.

Juan José Acosta-Soto, de 20 años, el tercer detenido, ha sido acusado de tres delitos graves de asalto con un arma de asalto y un delito grave de disparar a un edificio ocupado. Se enfrenta a una sentencia máxima de 17 años y cuatro meses en la prisión estatal.

Todos los involucrados se declararon inocentes de los cargos que se les imputa.