Implante cerebral le devuelve el habla a paciente con esclerosis lateral amiotrófica

Un hombre que había quedado totalmente inmovilizado a causa de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) ha podido volver a comunicarse con su entorno gracias a un implante que permite decodificar y ‘traducir’ sus señales cerebrales, un logro científico sin precedentes que fue publicado el martes en la revista Nature.

Este descubrimiento es un éxito para el desarrollo de la tecnología que conecta cerebros y máquinas.
Este descubrimiento es un éxito para el desarrollo de la tecnología que conecta cerebros y máquinas.
Imagen gorodenkoff/Getty Images/iStockphoto

Aunque ya existen herramientas que permiten que pacientes con algún grado de parálisis se comuniquen, siempre se trataba de personas con algún tipo de movilidad y no completamente incomunicados como es el caso del joven alemán que recibió este implante y que ya no podía ni mover los ojos a causa de la causa de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que padecía.

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El logro, publicado en la revista 'Nature' , fue desarrollado por un equipo de la Universidad de Tübingen y el centro suizo de neuroingeniería Wyss Center, que implantaron una serie de microelectrodos en el cerebro del paciente y después estudiaron cómo decodificar las señales cerebrales.

Los científicos consiguieron, tras meses de pruebas (el estudio en total duró dos años), un sistema que permite interpretar si el paciente, un hombre de 34 años a quien se diagnosticó una forma de ELA de progresión rápida, piensa en un ‘sí’ o en un ‘no’ y traducir esta señal a una pantalla.

El paciente con ELA puede escoger las letras de un teclado virtual

De forma paralela, los científicos también desarrollaron un programa de inteligencia artificial que muestra las letras del alfabeto para que el paciente pueda escoger cada una de las letras en un teclado virtual y formar palabras y hasta oraciones completas. Esto supuso que el hombre, que ni siquiera podía mover los ojos, pudiese deletrear su nombre o el de su hijo de cuatro años o sugerir una película para ver con su familia.

El equipo propuso que el joven se comunicase con el implante cuando aun podía hacerlo con el movimiento de los músculos del ojo, tal y como hacía el físico británico Stephen Hawking, que también padecía la enfermedad.

"Estamos ante un logro científico relevante, pero todavía queda un largo camino para refinar esta tecnología y conseguir que sea accesible para todos los pacientes", dijo Arnau Espinosa, científico del Wyss Center y uno de los expertos que ha liderado este trabajo en declaraciones al medio español El Periódico.

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“Hemos podido responder algunas incógnitas sobre cómo funciona el cerebro y las áreas que permiten la comunicación. Pero cuando hablamos de este tipo de avances siempre hay que ir con mucho cuidado para no generar falsas esperanzas", señaló.

El cerebro con ELA es capaz de generar comandos

“Este trabajo responde al viejo dilema sobre si las personas con síndrome de enclaustramiento completo, que han perdido todo el control muscular voluntario, incluido el movimiento de los ojos o la boca, también pierden la capacidad de su cerebro para generar comandos para la comunicación”, señala Jonas Zimmermann, neurocientífico en el Centro Wyss en Ginebra.

Este tipo de dispositivos, conocidos como interfaz cerebro-ordenador, se han utilizado para conseguir que personas tetrapléjicas puedan moverse.

Pero, según señalan los autores de este hallazgo, es la primera vez que se logra con una persona que no tiene movimiento voluntario remanente y para quien la interfaz se convierte en el único medio de comunicación.

Aunque el paciente mantiene las funciones cognitivas correctas, las señales de su cerebro no salen al sistema nervioso y ya no es capaz de controlar ningún tipo de función vital, hasta el punto de que necesita incluso respirador.

¿Qué es la esclerosis lateral amiotrófica?

La esclerosis lateral amiotrófica (ELA, en español y ALS en inglés) también se conoce como enfermedad de Lou Gehrig, por el jugador de béisbol de los Yankees de Nueva York que fue diagnosticado con ella. Se trata de una enfermedad del sistema nervioso que debilita los músculos y afecta las funciones físicas. No tiene cura y, eventualmente, las personas afectadas pierden movilidad y tienen problemas para respirar. De acuerdo con el portal MedlinePlus, la mayoría de los pacientes fallecen por insuficiencia respiratoria.

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La enfermedad fue descrita por primera vez en 1869 por el médico francés Jean Martin Charcot, quien le dio ese nombre dado que se trata de una pérdida de fibras nerviosas acompañada de una esclerosis en la zona lateral de la médula espinal, lo cual genera luego una atrofia muscular, a causa de la inactividad muscular crónica después de que los músculos dejan de recibir señales nerviosas.

A quién afecta

Aunque la ciencia aún no ha conseguido determinar en la gran mayoría de los casos qué hace que una persona enferme de ELA y otra no, las estadísticas permiten conocer que cerca del 60% de las personas con esta enfermedad son hombres y el 93% pertenecen a la raza blanca.

Aunque la enfermedad puede aparecer a cualquier edad, los síntomas se desarrollan con mayor frecuencia entre los 55 y los 75 años, aunque se puede contraer antes. Es muy poco común que una persona sea diagnosticada con la enfermedad antes de los 30.

La ELA afecta actualmente a unas 30,000 personas en EEUU, con una media de 5,000 nuevos casos diagnosticados cada año, de acuerdo con cifras de Johns Hopkins Medicine.

Los síntomas más comunes de la enfermedad son espasmos y calambres musculares, especialmente en manos y pies, perdida del control motor en las manos y brazos, uso deficiente de brazos y piernas, debilidad y fatiga, tropiezos y caídas, dejar caer cosas, períodos incontrolables de risa o llanto, hablar lento y arrastrando la lengua, con dificultad para proyectar la voz, entre otros, que pueden varias con cada paciente.

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A medida que la enfermedad avanza los síntomas evolucionan y aparecen dificultades para respirar y tragar y parálisis.