Cerca de 8,000 estadounidenses mueren al año mientras esperan un órgano (de riñón u otros) para un trasplante, de acuerdo con el Sistema de Salud y Servicios Humanos de EEUU (HHS por sus siglas en inglés). En la actualidad, hay una lista de espera de más de 95,000 personas, y esta lista se incrementa en unas 3,000 cada mes.
Gobierno de Trump aumenta esfuerzos para reducir muertes de quienes esperan por un trasplante de órgano
La administración de Donald Trump anunció el martes que pondrá en marcha una reforma radical del sistema de donación de riñones en EEUU, lo que podría resultar en 5,000 trasplantes adicionales al año.


Se trata de un sistema que está "roto", según dijo en una rueda de prensa el martes el secretario del HHS, Alex Azar, cuyo padre recibió diálisis tradicional y en casa antes de recibir un trasplante de un donante vivo. Azar reconoció la pasada primavera, en una audiencia ante el Senado, que los incentivos financieros son hacia la diálisis y no hacia los trasplantes y la supervivencia a largo plazo.
Los cambios propuestos, que entrarían en vigor en 2022, podrían incrementar la donación y el transporte de órganos de unos 36,000 a 42,000 al año para el 2024, dijeron las autoridades sanitarias.
De los 100,000 estadounidenses que comienzan la diálisis cada año, la mitad muere al cabo de 5 años. A pesar de ello, uno de cada cinco riñones que se donan en EEUU acaba en la basura, en gran medida a causa de un sistema que desincentiva el trasplante de algunos órganos, explicó Azar. “Durante décadas no hicimos todo lo que pudimos para conseguir órganos de personas fallecidas, y no hemos dado suficiente apoyo a los donantes vivos”, señaló.
La administración busca que el sistema de donaciones sea más transparente, reducir las barreras que existen en la actualidad e implantar medidas para que se produzcan más trasplantes de donantes vivos, explicaron los portavoces de la HHS.
No desperdiciar órganos utilizables
Uno de las principales modificaciones busca cambiar la manera en que el gobierno trabaja con las organizaciones que se encargan de procurar órganos de personas fallecidas y enviarlos a los centros de trasplantes. Se trata de 58 organizaciones sin ánimo de lucro financiadas con fondos federales a las que se conoce como OPOs, que han de obtener un certificado cada cuatro años para asegurar que están manteniendo los estándares de calidad.
Estas evaluaciones se basan en los datos que facilitan las propias organizaciones y son difícilmente verificables. Por otra parte, las métricas actuales excluyen muchas casuísticas, lo que supone que solo obtienen el visto bueno los candidatos perfectos, según señaló Seema Verma, administrador de los Centros para Medicare y Medicaid que contrata y organiza la financiación de estas organizaciones.
El nuevo sistema se apoyará en datos independientes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades ( CDC) con el objetivo de que no se desperdicien órganos utilizables.
En la actualidad, las personas que desean donar un riñón mientras todavía viven recibe un reembolso por los costes médicos. Con la nueva propuesta, se añadirían pagos a cuenta de fondos federales para cuidado de niños, mayores y otros gastos, dijo Azar. "No creemos que su situación financiera deba limitar su generosidad", dijo. Estos reembolsos beneficiarán particularmente a las personas de raza negra, que representan una tercera parte de las listas de espera de trasplantes de riñón.
Los órganos "imperfectos" son riñones viables pero que proceden de pacientes mayores o con la presión arterial alta. Estos órganos (en torno a un 20%, de acuerdo con un estudio de 2019) con frecuencia se descartan en EEUU, pero son utilizables y si se donan en otro país probablemente sirvan para el trasplante.
Con el nuevo sistema que propone la administración de Trump, los pacientes recibirán información sobre la calidad del órgano en cuestión y podrán decicir si quieren seguir adelante. “Para muchos pacientes, un órgano imperfecto es mejor opción que ninguno”, dijo Verma. “Y para alguien que está en la lista de espera, esta puede ser la diferencia entre la vida y la muerte”, agregó.
Trump aprobó el pasado mes de julio una orden ejecutiva con un paquete de medidas para que más de 500,000 personas que se someten a tratamientos de diálisis en clínicas puedan acceder a recursos más baratos o a domicilio, entre otras iniciativas descritas por su gabinete como el mayor empujón a los cuidados de enfermedades renales desde 1973, cuando el gobierno extendió la cobertura con Medicare.
En el campo de la enfermedad renal, EEUU se sitúa por detrás de muchos países en desarollo en cuanto a porcentajes de trasplantes o diálisis en casa.
Una terapia dura
Los médicos generalmente reciben un reembolso mayor por el cuidado de los pacientes de diálisis que por el tratamiento de pacientes con enfermedad renal que todavía no necesitan diálisis. Dos empresas, Fresenius Medical Care y DaVita, dominan un mercado muy lucrativo.
La diálisis es una terapia muy dura por la que pasan unas 510,000 de las 726,000 personas que sufren de enfermedad renal en su etapa final, de acuerdo con la Fundación Nacional del Riñón. Esto significa que los riñones han fallado y requieren o bien un trasplante o bien diálisis para sobrevivir. La esperanza media de vida para las personas que están recibiendo diálisis es de entre 5 a 10 años.
En EEUU, la mayoría de los pacientes reciben hemodiálisis, lo que requiere filtrar toxinas de la sangre. La mayoría lo recibe en clínicas o instituciones privadas que tratan a docenas de personas cada día. Una opción más barata es la diálisis peritoneal, un tratamiento en el que un líquido purificador circula a través de una sonda, a menudo mientras el paciente duerme.
¿Cómo prevenir la enfermedad renal o evitar que empeore?
• Controla tu nivel de azúcar en la sangre, presión arterial y colesterol.
• Sigue una dieta para diabéticos.
• No fumes.
• Haz ejercicio la mayoría de los días de la semana.
• Mantén un peso saludable.








