Después de un vertiginoso año de división y controversia en la política estadounidense, muchos de nosotros podemos sentirnos ansiosos por el diálogo de la mesa de la cena con familiares y amigos este Día de Acción de Gracias.
Deberías hablar de política en la cena de Acción de Gracias. Te explicamos por qué y cómo
Sólo mediante un diálogo genuino puede aflorar esa cualidad tan importante llamada empatía, que nos permite entender a los demás. Aprovecha la cena de Thanksgiving para dejar de lado tu teléfono y debatir ideas junto a tus seres queridos. Esta experta en comunicación lo recomienda.


No se puede negar que la forma en que nos comunicamos sobre política ha cambiado fundamentalmente con la proliferación de la tecnología y las redes sociales. Los bots de Twitter, las noticias falsas y las cámaras de eco son solo algunos de los aspectos más destacados de la escena política. Gran parte de la forma en que estamos conversando en línea no puede —y no debería— replicarse en la mesa familiar. Nos estamos alejando de la práctica para llevar a cabo una conversación significativa y respetuosa.
No hay una solución rápida. Necesitamos una comunicación más empática: el discurso lento, profundo (inter) personal que puede nutrir la identidad y construir y fortalecer las relaciones. Sin embargo, las plataformas de comunicación contemporáneas pueden dificultar la construcción de empatía con los interlocutores. Incluso la frase 'socios conversacionales' parece inadecuada en un mundo limitado por 140 caracteres (ahora 280), seguidores, likes y shares. En muchos sentidos, nuestros dispositivos nos ayudan a hablar en (@?) en lugar de uno con el otro.
Literalmente la empatía es un proceso de internalización de la perspectiva de otra persona. La construcción de la empatía es desinteresada; suspendes tus propias sensibilidades y tratas de imaginar y abrazar por completo las de otra persona. Puedes ganar empatía aprendiendo sobre otras culturas en diferentes medios, experimentando lo que otros han pasado personalmente, o teniendo conversaciones profundas con otros.
Mi investigación sobre las comunicaciones transculturales me ha enseñado que la empatía no es solo la clave para sentirse conectado (y poder decir "te entiendo”) sino también la base para cambiar nuestras narrativas sobre el otro: “ahora veo que no somos tan diferentes”. Ese es un punto importante para recordar después de una experiencia política tan difícil. Construir empatía requiere comunicación, específicamente hablar el uno con el otro. Pero simplemente hablar no será suficiente, especialmente no con el tipo de conversación promovido por las tecnologías de comunicación altamente populares de la actualidad.
Desconexión estadounidense
Los estadounidenses están más conectados digitalmente, pero menos conectados interpersonalmenteque nunca.
Para un número cada vez mayor de nosotros, sentirnos conectados (con la familia o de otra manera) es cada vez más difícil. Una revisión de la investigación sobre empatía de los últimos 30 años reveló que los estadounidenses en edad universitaria eran menos capaces de imaginar las perspectivas de los demás y sentir simpatía por su difícil situación. La tendencia se ha acelerado desde el año 2000. Al mismo tiempo, el número de estadounidenses que informan que no hay nadie con quien debatan asuntos importantes casi se triplicó, a aproximadamente el 25 por ciento de la población, entre 1985 y 2005.
La tecnología puede ser parte del problema, dificultando la construcción y el mantenimiento de relaciones sólidas. Puede estar aumentando el individualismo, la presunción, la soledad y la depresión. Las teorías detrás de este enlace varían. En “ Generation Me”, la psicóloga Jean Twenge argumenta que la propiedad de los teléfonos celulares, que una vez fue un lujo para la élite, promueve ilusiones de grandeza. En “ The Lonely American”, dos profesores de psiquiatría sugieren que la tecnología de comunicación nos alienta a permanecer físicamente aislados al proporcionar conectividad remota. En “Alone Together”, la científica social Sherry Turkle nos ofrece que nos sentimos atraídos más por nuestros dispositivos, que por los que están en nuestra presencia. En “ The App Generation”, los estudiosos de la información Howard Gardner y Katie Davis afirman que las aplicaciones de comunicación promueven intercambios transaccionales y no íntimos.
Las palabras importan
Hablar es más que solo intercambiar información. La comunicación personal sustancial puede generar empatía. La investigación de la terapeuta Peggy Penn ha explorado el poder del lenguaje para conectar a los miembros de la familia de esta forma.
Cuando hablas o incluso escribes, reflexionas sobre tu propia posición. Pero -lo que es más importante- también reflexionas sobre la posición de tu audiencia: ¿qué está pensando actualmente? ¿Cómo encaja mi historia en su experiencia? ¿Cómo podría responder ella? Esto es lo que Penn (refiriéndose al filósofo Mikhail Bakhtin) llama comunicación de 'doble voz', pues es relacional. Además, cuando hablas y escribes, estás creando una narrativa, aunque sea corta. Algunas veces, puedes sorprenderte cuando salen las palabras, obteniendo una nueva percepción de su significado para tu vida y la de ella. De esta manera, hablar puede cambiar profundamente a las personas, construyendo y moldeando identidades mutuas.
Sin embargo, nuestras interacciones escritas a través de la tecnología son cada vez más cortas, con un lenguaje menos sofisticado o sin ningún idioma (pensemos en Instagram, por ejemplo). Cada vez más, nuestros pensamientos se transmiten a todos en lugar de a alguien especial. Los intercambios de ida y vuelta pueden ser difíciles de abordar o seguir. Todo esto puede estar jugando con la tendencia en las redes sociales de consumir el contenido de los demás, pero no a comunicarse directamente con los amigos uno a uno. La comunicación de 'doble voz' que estimula la empatía hace cortocircuito.
Cómo lograr la empatía
Podemos mejorar la comunicación entre nosotros, tanto cara a cara como a través de la tecnología, si nos enfocamos en generar empatía de las siguientes maneras:

- Acércate en lo personal. Asegúrate de comunicarte en un espacio privado o semiprivado con uno o algunos otros interlocutores dedicados. Este entorno fomenta la auto-revelación y la intimidad hacia la construcción de relaciones. Esto es distinto a tratar de impresionar a los demás o de ser validado por ellos, como suele ser el caso con las publicaciones en las redes sociales. Además, en pequeños grupos o en conversaciones individuales, es posible imaginar la perspectiva individual de cada uno. Cuando tu comunicación se enfoca o se dirige a otra persona, puedes catalizar la conexión empática porque tienes que imaginar y capturar a la otra persona en tu texto.
- Escríbelo. Hablar es genial, pero escribir alienta una redacción más deliberada. Considera escribir tus pensamientos antes de mencionarlos en una conversación en la mesa. O si tu conversación cara a cara no fue tan buena, considera escribir una carta después del hecho para comunicar mejor tus intenciones. La escritura personal es una forma de autorreflexión y elaboración narrativa. Simplemente escribir tus pensamientos puede cambiarlos. Esta es la razón por la cual los terapeutas a veces recomiendan escribir un diario o escribir cartas a un compañero de conversación como una intervención que alienta a ambos socios a realinear sus perspectivas.
- Tómate tu tiempo. Ya sea que participes en un diálogo cara a cara o te comuniques mediante Skype o correo electrónico, es importante invertir tiempo en la conversación. Mientras más tiempo pases conversando, más tiempo pasarás conociéndote y más capaz serás de compartir pensamientos complejos, historias relacionables o argumentos convincentes. Desde una perspectiva lingüística, sin diálogo de ida y vuelta simplemente no hay oportunidad de negociar el significado y llegar a un entendimiento mutuo. Para los terapeutas de relaciones, sin un discurso continuo, no hay forma de probar nuevas narrativas, cambiar tu mente o la de ellos ni reconectarse empáticamente.
Cuando tenemos la oportunidad de pasar tiempo con personas que nos importan, debemos aprovechar esa oportunidad, tratar de comprender al otro y presentarnos abiertamente, para que nos entiendan también. Cuando estamos separados, la tecnología se puede utilizar para conectarnos. Pero los tipos de tecnología que utilizamos y las formas en que elegimos usarlos realmente importan. Cuando estés en la mesa este Día de Acción de Gracias, y especialmente cuando regreses a casa, ten en cuenta la empatía y las perspectivas de los demás.
*Stacy Branham es profesora de Sistemas de Información en la Universidad de Maryland, Condado de Baltimore.

















