Todo aquel que tiene un hijo sabe lo difícil que puede llegar a ser calmar a un recién nacido en llanto que no logra dormirse. Aunque existen numerosos trucos, ahora hay uno cuya efectividad está avalada por la ciencia.
¿Cuál es el mejor método para calmar el llanto de un bebé y acostarlo a dormir? Un grupo de científicos dio con la respuesta
Serenar a un recién nacido y lograr que concilie el sueño convertirse en una verdadera pesadilla para los padres. Una nueva investigación arroja pistas sobre cómo lograrlo.


De acuerdo con un estudio publicado en Current Biology, la mejor técnica es cargar al bebé, pasearlo por cinco minutos sin movimientos abruptos y luego sentarse con él en brazos durante entre cinco y ocho minutos antes de acostarlo.
Los investigadores del Instituto de Centro de Ciencias del Cerebro en Japón llegaron a esta conclusión tras comparar las reacciones de 21 bebés en cuatro escenarios diferentes: acostados solitos en su cuna, meciéndolos, cargados en brazos de su madre sentada o con esta caminando.
Cargar y pasear al bebé: algo clave
Para evaluar la reacción de los recién nacidos, los científicos usaron un electrocardiograma que midiera el ritmo cardiaco y videocámaras.
De esta manera, notaron que en tan sólo 30 segundos de que la madre cargara al niño y caminara con él en brazos, este se serenaba y su ritmo cardiaco disminuía -lo mismo que ocurre de forma innata con otros mamíferos como leones, simios o cachorritos en un fenómeno conocido como la ‘respuesta de transporte’-.
Absolutamente todos los recién nacidos del estudio dejaron de llorar al ser cargados y paseados y casi la mitad de ellos hasta se quedaron dormidos.
En contraste, cuando las madres los cargaron y permanecieron sentadas, el llanto persistió y el ritmo cardiaco continuó elevado.
Es decir: pasearlos es esencial, pero el movimiento debe ocurrir en brazos de la madre o padre, pues cuando simplemente se les meció en la cuna o el coche el resultado no fue tan bueno.
Todo lo que hagas (o dejes de hacer) altera el ritmo cardiaco de tu bebé
El estudio comprueba que la respuesta fisiológica varía según la acción del cuidador.
De hecho, los latidos del corazón del bebé se elevaron drásticamente cuando las madres se voltearon o dejaron de caminar. Y la alteración más significativa ocurrió naturalmente cuando los acostaron, pero no al tocar la cama, sino en el instante en que se separaron de su regazo.
Es este paso, acostarlos y que permanezcan dormidos, el más complicado y crucial de todos.
¿Cómo lograr entonces esa ‘misión imposible’?
Aunque no dieron con una fórmula infalible para que los bebés no despertaran al ponerlos en la cuna, los científicos sí notaron que esperar de 5 a 8 minutos después de que se duerman para hacerlo tiende a ser más efectivo.
No encontraron variaciones significativas según velocidad o forma en la que el niño fuera colocado en la cuna.
“He criado 4 niños y no anticipé estos resultados”, dice la autora del estudio
Los hallazgos sorprendieron hasta a la autora principal del estudio, Kumi Kuroda: “He criado 4 niños, pero ni yo no pude anticipar los resultados del estudio porque la fisiología es compleja y la intuición es limitada, por eso necesitamos la ciencia”, comenta en un comunicado.
“Si bien no lo predijimos, el parámetro clave para acostar exitosamente a un bebé sin que despierte fue la cantidad de tiempo que hubiera transcurrido desde que se quedó dormido”, insiste.
Desafortunadamente, ni siquiera con este método avalado por la ciencia hay garantías: cada bebé es distinto. “Necesitamos investigar más para entender sus comportamientos porque son mucho más complejos y diversos de lo que pensamos”, comenta Kuroda vía Usa Today.
Por suerte, hay otras técnicas y métodos que se pueden probar. La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés), por ejemplo, recomienda que se ponga a los bebés de 4 meses o más soñolientos más no dormidos en la cuna y resistirse a la tentación de sacarlos apenas empiecen a llorar.
Sea cuál sea la técnica que elijas, asegúrate de seguir las recomendaciones de la AAP para un sueño seguro:

- Solito, boca arriba en una superficie completamente plana y firme. La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los bebés duerman solos solamente en superficies completamente planas y firmes, boca arriba y sin mantas, almohadas o bumpers.
- Comparte el cuarto, pero no la cama. La Academia Estadounidense de Pediatría se opone al colecho porque la práctica aumenta el riesgo de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SIDS por sus siglas en inglés) por sofocación, pero sí recomienda que el bebé duerma en el mismo cuarto que los padres (en camas separadas) durante al menos los primeros 6 meses de vida. Esto reduce el riesgo de SIDS a la mitad.
- Si el bebé se voltea por sí sólo en su cuna, no hay que reposicionarlo. Si el bebé mientras duerme rueda por sí mismo de boca arriba a boca abajo o viceversa, no hay necesidad de reposicionarlo, advierte el Instituto Nacional de Salud en un instructivo para padres. Ponerlo a dormir boca arriba al acostarlo es lo más importante para reducir el riesgo del síndrome de muerte súbita.
- No inclines el colchón de la cuna, ni siquiera en casos de reflujo. Muchas personas creen que dormir en una superficie inclinada ayuda a los bebés con reflujo e incluso hay pediatras que lo recomiendan, pero Rachel Moon, jefa de la Task Force especializada en SIDS de la AAP, aclara a Univision Noticias que “no hay ninguna evidencia de que la elevación de la cabeza ayude con el reflujo”.
- Car seat o coche solo por un tiempo limitado. La AAP no recomienda que los bebés duerman en car seats, coches u otros productos distintos a una cuna que requieren que se amarre al bebé porque conllevan el riesgo de que el bebé se dé la vuelta y termine en una posición poco segura que puede terminar en sofocación o estrangulamiento. Si el bebé se queda dormido en uno de estos dispositivos, debe ser transferido a su cuna tan pronto como sea posible y práctico. Nunca lo dejes sin supervisión o a dormir la noche completa en ellos.
- Cuidado con productos que prometen un "sueño seguro del bebé". La recomendación general es abstenerse de comprar productos que contraríen las recomendaciones de la AAP: superficie firme, plana y sin mantas, almohadas o bumpers.
- Cautela con la técnica del ‘swaddle’. La práctica de enrollar al bebé en una manta que restringe su movimiento para calmarlo debe seguirse con todas las indicaciones de seguridad y detenerse tan pronto como el bebé aprenda a darse la vuelta alrededor de las 8 semanas. Después de eso se puede usar un 'sleep sack', para abrigarlo si es necesario. Nunca dejes cobijas o almohadas en la cuna.
























