Japón está despachando este lunes su mayor buque de guerra desde la Segunda Guerra Mundial, esta vez para proteger barcos de Estados Unidos que van a aprovisionar de combustible al portaaviones USS Carl Vinson, que junto a otros tres buques de guerra, ya están en aguas del Mar de Japón frente a la Península de Corea.
Portahelicópteros de Japón se une a maniobras de EEUU en medio de tensiones con Corea del Norte
El barco de guerra japonés Izumo está escoltando este lunes buques de EEUU que van a reabastecer al portaaviones USS Carl Vinson que se encuentra frente a la Península de Corea.


En marzo de 2016 Japón cambió sus leyes de seguridad que le permiten movilizar sus fuerzas más allá de sus fronteras si se trata de operaciones que considera de autodefensa. La Constitución pacifista de postguerra le impide a Japón atacar a otra nación.
El gobierno japonés está en alerta ante el creciente número de pruebas con misiles balísticos realizadas por el régimen de Kim Jong Un, la última de ellas el pasado viernes.
Aunque el lanzamiento fue un fracaso luego de que el misil explotó en el aire, fue interpretado por EEUU como una nueva provocación del gobierno norcoreano que no se sintió amenazado por altas figuras del gobierno de Donald Trump que han afirmado que todas las opciones están sobre la mesa para responder a las crecientes pruebas con misiles y a la posibilidad de que Corea del Norte lleve a cabo su sexto ensayo nuclear.
El buque japonés Izumo de 27,000 toneladas tiene una longitud de 249 metros y puede llevar en su cubierta hasta nueve helicópteros. El barco partió del puerto de Yokosuka, al sur de Tokio, para unirse a los buques estadounidenses de aprovisionamiento de combustible.
Según reporta el diario The Japan Times, el primer ministro Shinzo Abe ha estado forzando los límites de la Constitución del país con el fin de proyectar a sus fuerzas armadas más allá de sus costas.
El pasado sábado el premier japonés criticó duramente a Corea del Norte por la nueva prueba de misiles. "A pesar de la fuerte advertencia de la comunidad internacional, Corea del Norte llevó a cabo el lanzamiento de un misil balístico. Es una grave amenaza para nuestro país. Esto es absolutamente inaceptable. Condenamos en los más duros términos tales actos", dijo Abe a los periodistas.
Tal como ha dicho el presidente Trump, el gobierno japonés también tiene sus esperanzas puestas en China, que podría jugar un papel clave en las presiones económicas que lleven al gobierno de Kim Jong Un a deterner su programa nuclear con fines bélicos.
En una entrevista a la cadena de TV CBS Trump desestimó la más reciente prueba de misil. "Fue un pequeño misil. No fue uno grande. No fue una prueba nuclear, que esperábamos que ocurriera hace tres días, Veremos qué ocurre", apuntó el mandatario.
























