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Techo de la deuda de EEUU

Biden sopesa la enmienda 14ª para elevar el techo de la deuda sin el Congreso: ¿de qué se trata?

Los líderes políticos están barajando muchos escenarios, tanto en público como en privado, pero ni el presidente Joe Biden ni el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, han cedido terreno mientras el tiempo apremia. Esos son algunos de los posibles escenarios.
Publicado 14 May 2023 – 07:01 PM EDT | Actualizado 15 May 2023 – 04:57 AM EDT
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Mientras la negociación entre el liderazgo político del país sobre el techo de la deuda luce atascada, el tiempo apremia: el Departamento del Tesoro advierte que Estados Unidos podría entrar en suspensión de pagos el 1 de junio si no se llega a un acuerdo.

Son muchos los escenarios que se bajaran tanto en el ámbito público como a puertas cerradas, desde soluciones intermedias, pasando por la ampliación del plazo para negociar o, in extremis, que el presidente Joe Biden actúe por su cuenta.

La semana pasada, tras una reunión en la Casa Blanca con el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, y los líderes políticos del Congreso, Biden mencionó la posibilidad de utilizar la 14ª Enmienda para elevar unilateralmente el techo de la deuda sin necesidad de contar con el visto bueno del Congreso.

Biden quiere aumentar el límite legal de endeudamiento del gobierno, desde los actuales 31.4 billones de dólares, para evitar caer en un impago histórico, algo que el Departamento del Tesoro calcula puede ocurrir a principios de junio.

McCarthy y otros legisladores republicanos quieren un acuerdo que garantice recortes del gasto en billones de dólares antes de firmar el aumento del límite de deuda.

La 14ª Enmienda podría abrirle al presidente una puerta a Biden para saltarse ese escollo.

Un as bajo la manga en la propia Constitución

La 14ª Enmienda pasó a formar parte de la Constitución tras la Guerra Civil. Establece que la "validez de la deuda pública de Estados Unidos, autorizada por ley... no será cuestionada".

Laurence Tribe, profesor emérito de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard, escribió el pasado 7 de mayo en The New York Times que Biden puede argumentar que tiene el deber constitucional de evitar el impago y, por tanto, puede saltarse el límite de deuda para continuar con el gasto que el Congreso ya ha aprobado.

El lunes pasado, un sindicato de empleados públicos demandó a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y a Biden defendiendo que están constitucionalmente obligados a saltarse el límite de deuda.

Tras la reunión del martes con los líderes del Congreso, el mandatario dio a entender que un litigio a raíz de la invocación de la 14ª puede llevar demasiado tiempo y no ser una solución en este momento.

"He estado considerando la 14ª Enmienda", reconoció Biden, mencionando a Tribe como una persona por la que siente un "enorme respeto".

Tribe "cree que sería legítimo, pero el problema es que habría que litigar", comentó el presidente quien no descarta reexaminar esa opción a largo plazo.

"Seré muy franco con usted, cuando superemos esto, estoy pensando en echar un vistazo, meses más adelante, para ver qué diría la Justicia sobre si funciona o no", declaró Biden a los periodistas.

El senador James Lankford, republicano de Oklahoma, sostiene que Biden no puede actuar unilateralmente. Lankford declaró a ABC News que la Constitución es "muy clara en que el gasto, todos los detalles en torno al gasto y el dinero en realidad tiene que venir a través del Congreso".

La amenaza del impago gravita en la negociación política

El presidente quiere desarmar todo el debate haciendo que los republicanos se comprometan públicamente a que Estados Unidos no incurrirá en impago. Entonces estaría listo para discutir el gasto, los impuestos y otras cuestiones presupuestarias.

Quiere que McCarthy le garantice que Estados Unidos podrá seguir pagando todas sus facturas gracias a su capacidad para seguir endeudándose. El presidente dice que está listo para tener un debate público con los legisladores del Partido Republicano sobre el presupuesto, sólo que no con la mayor economía del mundo como "rehén".

"Como he dicho todo el tiempo, podemos debatir dónde recortar, cuánto gastar, cómo mover finalmente el sistema fiscal donde todo el mundo empieza a pagar su parte justa", dijo Biden. "Pero no bajo la amenaza del impago".

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¿Sabotear los planes del gobierno o cuidar las finanzas? Lo que buscan los republicanos con el techo de la deuda


No está claro cuántos legisladores republicanos comparten su definición de impago. Algunos sugieren que un impago solo se aplicaría a la deuda impagada, mientras que la administración quiere incluir los salarios de los trabajadores federales, los reembolsos a los contratistas y la ayuda a los pobres, los veteranos, las escuelas y otros.

Poco antes de que la Cámara de Representantes aprobara por estrecho margen un proyecto de ley para reducir el déficit, McCarthy dijo que Estados Unidos no incurriría en impagos. Pero sigue vinculando esa cuestión directamente a los recortes del gasto de una forma que Biden quiere evitar.

"Abordar la deuda requiere que nos unamos, encontremos un terreno común y reduzcamos el gasto", dijo McCarthy el mes pasado. "Permítanme ser claro: el impago de nuestra deuda no es una opción, pero tampoco lo es un futuro de impuestos más altos".

La cohesión de los republicanos, una variable importante para un acuerdo

Los republicanos del Congreso podrían mantenerse firmes y obligar a los demócratas a ceder. McCarthy tiene una escasa mayoría en la Cámara: 222 republicanos, frente a 213 demócratas.

Su proyecto de ley sobre el límite de la deuda revertiría el gasto discrecional a los niveles de 2022 y luego pondría un tope del 1% a los aumentos en adelante.

El proyecto también revertiría la condonación de la deuda de préstamos estudiantiles impulsada por Biden, el aumento de la financiación del IRS y los incentivos fiscales creados en 2022 para fomentar la adopción de energías limpias. Esos recortes ampliarían el límite de deuda hasta el 31 de marzo de 2024, o hasta 1.5 billones de dólares adicionales.

Los legisladores del ala más extrema republicana, como el representante de Carolina del Sur Ralph Norman y otros, han dicho que no respaldarán nada menos que el proyecto de restrictiva ley que los republicanos de la Cámara de Representantes aprobaron el 27 de abril con 217 votos.


Pero el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, demócrata de Nueva York, no permitirá que ese proyecto sea aprobado. Tampoco Biden.

La cuestión a medida que se acerca la fecha límite es si los republicanos se mantienen unidos y eso hace que los demócratas cedan. También existe el riesgo de que las discrepancias en el seno de la bancada republicana pongan en peligro la presidencia de McCarthy, lo que dificultaría aún más la consecución de un acuerdo.

La cuestión es qué tipo de acuerdo podría pasar por la Cámara, el Senado y el Despacho Oval.

Podría haber un acuerdo para una prórroga de las conversaciones

A Washington le encanta aplazar las cosas, la vieja rutina de "patear la lata por el camino".

Existe la posibilidad de que los legisladores acuerden una prórroga a corto plazo, aplazando el vencimiento del límite de deuda hasta el 30 de septiembre, cuando también debe aprobarse el presupuesto federal.

Esto estaría en consonancia con el esfuerzo del Partido Republicano por sincronizar el debate presupuestario con el del límite de la deuda, al tiempo que eliminaría el riesgo inmediato de impago. Es la opción que los funcionarios del gobierno suelen comentar en privado con más optimismo.

Aun así, el líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, intentó echar agua fría sobre esa idea en una entrevista dominical con NBC News.

"No creo que lo más responsable sea tirar la casa por la ventana", dijo Jeffries, aunque priorizó la importancia de evitar el impago.

Los mercados están atentos, pero nerviosos

Wall Street podría salvar el día, más o menos, hundiéndose.

Junto con los economistas, el presidente del Comité Presupuestario del Senado, el demócrata Sheldon Whitehouse, ha indicado que una fuerte caída de los mercados podría obligar a los republicanos a retirarse.

Y es que sus donantes se verían muy perjudicados por las pérdidas financieras y darían a cada legislador un incentivo para ser el héroe que rescatara los puestos de trabajo y los ahorros para la jubilación de millones de estadounidenses.

Joe Brusuelas, economista jefe de la consultora RSM US, considera que la mera posibilidad de impago ya están encareciendo a los inversores la compra de seguros sobre los bonos del Tesoro estadounidense. Pero el pánico está en gran medida contenido, hasta ahora, en el mercado de valores más amplio que muchos votantes y legisladores siguen.

Un "truco" de magia que no le agrada a Yellen

Acuñar una moneda es una de las muchas soluciones creativas -e improbables- que circulan por Internet.

La idea es que el gobierno pueda acuñar una moneda de platino de 1 billón de dólares y utilizarla para evitar un impago. Básicamente, existe un vacío legal que podría permitir a Estados Unidos acuñar una moneda de cualquier denominación si está hecha de platino.

Eso tiene al menos un gran problema: Yellen descartó la idea en una entrevista en enero con The Wall Street Journal, calificándola de "algo que es un truco".

El presidente Biden también fue consultado acerca de esta idea, a lo que respondió: "No creo que nadie haya estudiado el tema de la acuñación de la moneda".

Y si no se llega a un acuerdo ¿cuál es el precio por un impago?

Si no hay acuerdo, el gobierno estadounidense podría llegar al momento en que ya no puede pagar todas sus facturas. El Departamento del Tesoro ya no podría utilizar estrategias contables para mantener abierto el gobierno. Si el gobierno ya no pudiera pedir prestado, las facturas impagadas se acumularían y el gobierno entraría en mora.

Pero no todos los impagos son iguales.

Estados Unidos podría incumplir brevemente algunos pagos, y el riesgo de que las cosas empeorasen podría empujar a los legisladores a llegar a un acuerdo. Pero incluso un impago "breve" costaría a la economía 500,000 puestos de trabajo, según un análisis de la Casa Blanca.

Un impago "prolongado" costaría 8.3 millones de puestos de trabajo, casi tantos como los que se perdieron durante la crisis financiera de 2008.

El Comité Conjunto de los demócratas en el Congreso publicó un informe este lunes en el que plantean que esta sería la mayor caída del empleo en Estados Unidos "no causada por una pandemia global" y el gobierno sería "incapaz de enviar cheques de estímulo, aumentar el seguro de desempleo y evitar los desalojos para amortiguar el golpe".

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