La arriesgada apuesta demócrata de apoyar a los republicanos más radicales en las primarias

John Gibbs, un negacionista de las elecciones de 2020 que ha dicho que el demócrata es el partido del islam y antipolicía, ganó la primaria republicana en Michigan con el apoyo del expresidente Donald Trump y, también, del Partido Demócrata, que apuesta por "el peor candidato". ¿Demasiado arriesgado?

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Los candidatos más radicales en las primarias republicanas cuentan casi siempre con el apoyo del expresidente Donald Trump… y, en no pocos casos, del Partido Demócrata.

Cuanto más insistan en la mentira del fraude en las elecciones que ganó el presidente Joe Biden, cuantas más disparatadas sean las conspiraciones que defienden y cuanto más centrista y tradicional sea su contricante, más posibilidades tienen de contar con el inusual empujón de la publicidad pagada por los demócratas.

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Ese ha sido el caso por ejemplo de John Gibbs, quien el martes le ganó la primaria en Michigan al representante Peter Meijer, uno de los diez republicanos que votó a favor del segundo impeachment al expresidente Trump tras el asalto al Capitolio.

Gibbs, quien ha llamado al demócrata el partido del islam y antipolicía, y llegó a acusar al jefe de campaña de Hillary Clinton en 2016 de participar en rituales satánicos, es el ejemplo perfecto de radical dado a las conspiraciones que los demócratas quieren como contrincante en noviembre.

Es por eso que una campaña de más de $435,000 (más de lo recaudado por Gibbs) pagada por el Comité Demócrata de Campaña al Congreso (DCCC), lo “ataca” como “demasiado conservador para Michigan”, “demasiado cercano a Trump” y “demasiado duro contra la inmigración”... ataques que, por supuesto, entre los votantes en la primaria republicana son más bien elogios.

"Demasiado conservador", el "ataque" con que los demócratas ayudan a los extremistas

Cuanto más radical sea el candidato republicano más difícil debería de tener el voto de nadie más allá del núcleo duro trumpista en un distrito péndulo. Además, más movilizado estará el voto demócrata.

"Esa es la apuesta que están haciendo", le dijo a National Public Radio el analista político Burnwood Yost, del Frankin and Marshall College. "Elevas a un cadidato que es atractivo para el votante en la primaria pero demasiado extremo para el de las elecciones generales y eso debe de hacer el camino a la elección más sencillo para los demócratas".

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Según Politico, diferentes organizaciones de la esfera del Partido Demócrata han gastado más de $20 millones en estos apoyos de los más radicales trumpistas que compiten contra republicanos moderados en distritos donde el demócrata tiene posiblidades de ganar en noviembre.

La idea no es nueva. Ya en 2012, la exsenadora por Missouri Claire McCaskill "eligió" de entre los tres posibles contrincantes que podía tener para su reelección al más estridente, Todd Akin.

Tras ganar la primaria, Akin cayó en desgracia durante la campaña al decir en TV que las mujeres víctimas de una violación raramente quedaban embarazadas gracias a un supuesto mecanismo biológico de bloqueo que por supuesto no existe.

McCaskill ganó en un distrito que el propio presidente Barack Obama perdió por mucho. Y en 2015, escribió en Politico que indirectamente había ayudado a Akin en la primaria con los anuncios en que lo atacaban por ser "demasiado conservador" y su "agenda a favor de la familia". Lo mismo que ahora con Gibbs y otros.

Pero como entonces, estas campañas de los demócratas, por supuesto, tampoco piden directamen el voto a favor del candidato más extremista, sino que son una especie de crítica, no sin cierto cinismo, de las cosas que en realidad lo hacen atractivo para muchos republicanos.

"Demasiado conservador" o "demasiado cercano a Trump" son dos de las "críticas" que se repiten entre los ataques demócratas a los más radicales republicanos y, claro, son de las mejor recibidas por los votantes que quieren a alguien conservador y cercano a Trump.

Aparte del de Gibbs, los casos que más ruido han hecho han sido los del senador estatal de Pennsylvania Doug Mastriano y el representante californiano David Valadao.

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Mastriano es un negacionista de las elecciones ganadas por Biden que estuvo en la manifestación frente a la Casa Blanca antes del asalto al Capitolio y que es ahora candidato a gobernador tras ganar la primaria.

De Mastriano, el anuncio demócrata dice que quiere prohibir el aborto, que es uno de los más fuertes partidarios de Trump, que quiere acabar con el voto por correo, que lideró los movimientos contra las elecciones de 2020…

"Si Mastriano gana, es una victoria para todo lo que apoya Donald Trump, ¿es lo que queremos para Pennsylvania?", pregunta el anuncio. El caso es que la respuesta de muchos es que sí. Y ganó.

Y en el caso de David Valadao, en un anuncio de House Majority PAC que desató incluso críticas demócratas, se le atacaba por haber votado a favor del impeachment a Trump y no ser un auténtico republicano mientras a su contrincante, Chris Mattis, se le llama "verdadero conservador".

“Usar esto como munición contra nosotros en las campañas y poner a gente que ellos mismos ven como amenaza para la democracia en disposición de llegar al Congreso me dice que no son serios”, dijo Valadao, citado por el diario The New York Times.

Una apuesta arriesgada y también cínica

También se mostró muy crítica la representante demócrata de Nueva York Kathellen Rice, quien calificó de "indignante" que estos grupos demócratas "tiren dinero en elevar a una persona que saben quiere acabar con la democracia".

Adam Kizinger, otro de los pocos representantes republicanos que votaron a favor de elevar al Senado el juicio político a Trump y miembro del comité selecto que investiga el asalto al Capitolio, ha tachado la estrategia de "asquerosa".

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“Luego no vengan los que gastaron dinero apoyando a los negacionistas de las elecciones preguntando dónde están los republicanos buenos”, dijo Kizinger en CNN.

Y es que la apuesta es arriesgada, más en el partido de gobierno en unas elecciones de medio término, que si ya de por sí son complicadas para el inquilino de la Casa Blanca, este año la crisis de la inflación se lo puede poner peor.

Con Valadao no funcionó la estrategia y ganó su primaria, y ahora mismo es favorito para renovar su mandato. Pero con Mastriano sí, y ahora aparece por delante en las encuestas, lo que pone en evidencia lo arriesgada de esta apuesta demócrata.

Como apunta Jonathan Weisman en el diario The New York Times, “los candidatos republicanos que los demócratas consideran inelegibles bien pueden ganar basados solo en la afiliación partidaria”.

En 2016 los demócratas, y en especial su candidata Hillary Clinton, se sentían confiados cuando el Partido Republicano eligió a un magnate inmobiliario que mantenía en secreto su declaración de impuestos, que había sido acusado de usar dinero de campaña para acallar a una estrella porno con la que le había sido infiel a su esposa y que lanzaba mensajes antiinmigrantes radicales, entre ellos construir un muro a todo lo largo de la frontera sur. En noviembre de ese año ganó.