La Casa Blanca recibió informe del FBI sobre antecedentes del alto funcionario acusado de violencia doméstica antes de lo que reconoció
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) terminó la revisión de antecedentes el exsecretario del gabinete de la Casa Blanca Robert Porter en enero pasado, luego de que se le solicitara una ampliación del trabajo que terminó en julio de 2017, de acuerdo con lo que dijo este martes el director del buró Christopher Wray ante el Comité de Inteligencia del Senado.
“El FBI presentó un reporte parcial de la investigación en cuestión en marzo y luego una revisión de antecedentes completa a finales de julio. Poco después recibimos una solicitud para hacer un seguimiento adicional, lo hicimos y aportamos esa información en noviembre y entonces cerramos el archivo administrativamente en enero. Y a principios de este mes recibimos alguna información adicional y también la transmitimos”, dijo Wray.
Porter renunció la semana pasada cuando trascendió que sus dos exesposas habían informado al FBI que él había sido violento con ellas. La pregunta inmediata que surgió fue cuándo supo la Casa Blanca del problema,
Lo que en princpio era un problema familiar se convirtió en una crisis política cuando el jefe de gaabinete de la Casa Blanca John Kelly realizó una defensa del "honor" de su empleado, para despúes en una segunda declaración expresar su rechazo a la violencia doméstica..
“Estoy muy confiando en que en este caso en particular (el de Porter), el FBI siguió los protocolos establecidos”, expresó Wray durante la comparecencia este martes ante el coomité, al que acudió junto al resto de los jefes de la comunidad de inteligencia para la presentación anual del informe sobre las amenazas a la seguridad nacional que enfrenta el país.
El jueves 8 de febrero el subsecretario de prensa de la Casa Blanca Raj Shah dijo en la rueda de prensa diaria que “su revisión de antecedentes está en proceso. Él está operando con una certificación de seguridad interina. Su certificación nunca fue negada y el renunció”.
Aquel día los periodistas asignados a la presidencia querían saber si la Casa Blanca sabía de antemano los señalamientos contra Porter y cómo había sido posible que éste tuviera acceso a información de seguridad nacional, cuando violencia doméstica es uno de los crímenes que impiden a una personas lograr un certificación de seguridad.
El escándalo en torno a Porter se profundizó cuando se supo que la novia del renunciante, la directora de estrategia comunicacional de la presidencia, Hope Hicks, había participado en la redacción de la primera respuesta presentada por Kelly.
Además, Donald Trump expresó varias veces su solidaridad con Porter (y con un segundo empleado, David Sorensen, escritor de discursos presidenciales que renunció al día siguiente tras recibir acusaciones similares), pero ninguna con las posibles víctimas de agresión.
Aunque Trump lamentó que "simples acusaciones" pudieran "destrozar visa", el presidente no condenó el flagelo de la violencia doméstica, algo que ha caído mal entre grupos de defensa de los derechos de las mujeres.
El lunes la Casa Blanca aseguró que el mandatario siempre ha condenado la violencia doméstica, aunque hasta ahora el propio Trump, que siempre es tan dado a dar sus opiniones, particularmente vía Twitter, no lo ha dicho él directamente.