Aborto, lealtad a Trump y otros puntos clave de la audiencia de confirmación de Kavanaugh
WASHINGTON DC.- El segundo día de audiencias de Brett Kavanaugh para magistrado de la Corte Suprema de Justicia empezó tan tumultuosa como la primera sesión. En poco menos de una hora, 29 personas fueron arrestadas por interrumpir la sesión con gritos en contra del nominado del presidente Donald Trump.
El presidente del Comité de Asuntos Judiciales, el republicano Chuck Grassley dio inicio a la sesión a las 9:35 y dos minutos después ya cuatro personas del público se habían levantado para gritar consignas sobre la necesidad de respetar el derecho al aborto o el acceso a la salud o para criticar lo que consideran que será una posición favorable al presidente en caso de que este tenga que responder acusaciones criminales en el futuro.
Pero la frecuencia de las interrupciones no parecía incomodar al panel de senadores ni al nominado, ya que siguieron con el procedimiento sin detenerse, salvo en un par de oportunidades en la que Kavanaugh tuvo que dejar de hablar mientras los agentes de la policía del Capitolio sacaba a los manifestantes.
La policía actuó este miércoles con mayor celeridad que la víspera para tratar de que la audiencia no se viera interrumpida. En el primer día de audiencia, cuando alguna persona se ponía de pie para vociferar su inconformidad, los policías lo conminaban a hacer silencio. En las 9 horas de audiencia del martes 70 personas fueron detenidas, de acuerdo con el conteo que ofreció Grassley al iniciar la sesión.
Este miércoles, en las primeras seis horas habían sacado unas 52, según el conteo que llevó Univision Noticias directmante en el salón del evento.
Ajeno a los gritos que salían cada tanto en la parte de atrás de la sala de audiencias, el juez Kavanaugh empezó explicando qué era para él un buen juez en la misma línea que expresó la víspera en su declaración inicial y luego empezó a tocar los temas álgidos de su confirmación.
Poder presidencial
La primera pregunta la hizo el senador Grassley sobre los límites del poder presidencial, un tema en el que muchos liberales recuerdan que en el pasado el juez ha expresado su opinión de que un presidente en ejercicio no debe ser objeto de investigación civil o criminal, algo que consideran que favorece directamente a Trump, cuyo círculo es objeto de pesquisas federales y estatales.
Kavanaugh reconoció que “nadie está por encima de la ley en nuestro sistema constitucional” prefirió no responder cuando la senadora Dianne Feinstein le preguntó si un presidente puede ser citado a declarar en una investigación criminal y aseguró que no podía dar “una respuesta precisa a un (caso) hipotético que puede serme presentado (como magistrado del Supremo)”.
"Bajo nuestro sistema de gobierno la rama ejecutiva está sujeta a la ley, sujeta a las cortes legales” y añadió que los jueces “deben ser independientes (…) no se supone que seamos sujetos de presiones políticas del Congreso o del Ejecutivo”
Sin embargo, prefirió no responder cuando la senadora Dianne Feinstein le preguntó si un presidente puede ser citado a declarar en una investigación criminal diciendo que no podía dar “una respuesta precisa a un (caso) hipotético que puede serme presentado (como magistrado del Supremo)”.
El juez quiso aclarar un polémico artículo de 2009 publicado en el Minnesota Law Review en el que explicaba que los presidentes no debían tener que lidiar con investigaciones dada la delicada naturaleza de la posición que ejercen.
El postulado reconoció que fue un cambio notable de posición respeto a sus tiempos en el equipo del fiscal especial que investigo -e interrogó- a Bill Clinton que sucedió luego de ver, como parte del equipo de la Casa Blanca, las preocupaciones del presidente George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Pero añadió que era una sugerencia que hacía en aquel tiempo al Congreso para que pensara en una ley que protegiera al presidente durante su mandato.
"No me recuso"
En un punto de la audiencia, Kavanaugh se negó a recusarse en casos que involucren al presidente Trump que pudieran llegar a la corte a la que aspira integrar como le pidió hacer el senador demócrata Richard Blumenthal.
“No debería y no podría comprometerme sobre cómo manejaré un caso particular”, dijo Kavanaugh ante el pedido de Blumenthal quien le citó el “territorio sin precedentes” de tener a un presidente que ha sido nombrado como cómplice por su exabogado en la violación de leyes de financiación de campaña.
Horas antes, el senador Patrick Leahy quiso saber su opinión sobre la posibilidad de que un presidente use su poder para perdonarse a sí mismo, como temen algunos que pueda hacer el presidente Trump en caso de que se viera acorralado en un proceso criminal.
“La cuestión del auto perdón es algo que nunca he analizado. No puedo empezar a contestar en este contexto como actual juez o como nominado a la Corte Suprema” y finalmente se refugió en la clásica respuesta de los postulados al decir que “no voy a responder preguntas hipotéticas de ese tipo”.
Con el argumento de que un juez en ejercicio no debe inmiscuirse en debates políticos, Kavanaugh declinó dar su opinión sobre las presiones que el presidente Trump ejerce con sus frecuentes y agresivos mensajes en Twitter y otras declaraciones sobre el Departamento de Justicia y la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones que realiza una fiscalía especial.
Derecho al aborto
“Yo entiendo su punto de vista en eso, senadora, y entiendo cuán apasionada y profundamente la gente se siente sobre este tema. Yo no vivo en una burbuja, vivo en el mundo real”, dijo Kavanaugh cuando la senadora demócrata de California Dianne Feinstein le planteó el tema del aborto.
“Como juez, eso es un importante precedente de la Corte Suprema. Por ‘eso’ me refiero a Roe vs Wade y Planned Parenthood vs. Casey. Han sido reafirmados muchas veces. Casey es precedente sobre precedente”, agregó sumando el último caso, de 1992, que indica que las regulaciones que se hagan al aborto no deben imponer cargas indebidas sobre la mujer.
Poco después, el demócrata Richard Durbin lo confrontó con su opinión disidente en un caso de 2017 en el que mostró su desacuerdo con que se le permitiera abortar a una menor de edad inmigrante indocumentada que estaba bajo la vigilancia de la Oficina de Inmigración y Aduanas en Texas
Durbin afirmó que Kavanaugh estaba tratando de imponer requerimientos adicionales a los que ya había establecido las leyes del estado de Texas para apoyar la propuesta del gobierno de impedir que la joven abortara.
Algunos temen que Kavanaugh, con su filosofía conservadora, haga parte de una mayoría que pueda revertir el derecho de las mujeres a abortar que consagró la Corte Suprema en 1973.
Las respuestas que ha dado al panel de la audiencia es posible que no los tranquilicen, considerando que el “precedente” que cita el nominado solo es una guía, aunque importante, para las decisiones que toma la Corte cuando analiza sus casos.
Derecho a portar armas
Por algunas de las opiniones que ha dado como juez de apelaciones, Kavanaugh es considerado un defensor de la Segunda Enmienda de la Constitución que consagra el derecho de portar armas.
En 2011, Kavanaugh disintió de su corte cuando determinó que la prohibición de portar armas de asalto del Distrito de Columbia era constitucional. En ese momento escribió que establecer una prohibición sobre un tipo de arma era “equivalente a establecer una prohibición sobre un tipo de expresión”.
La senadora Feinsten cuestionó la posición del juez de no establecer una separación de las armas de acuerdo a su peligrosidad y poder de fuego y lo confrontó con el recurrente problema de la violencia armada que cada tanto se presenta en escuelas estadounidenses.
“La violencia en las escuelas es algo que todos detestamos y queremos hacer algo al respecto. Sé que hay muchos esfuerzos en marcha para hacer las escuelas más seguras (…) Yo entiendo el punto, pero mi trabajo como juez, como yo lo veo, era seguir la opinión de la Corte sobre la Segunda Enmienda, la comparta o no la comparta”.
Las torturas de Bush
Igual que hizo en 2006 cuando tuvo que pasar un proceso similar ante este comité para integrar la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia, el ahora candidato a magistrado tuvo que hablar sobre el papel que tuvo en el diseño de las técnicas de interrogatorio mejoradas que estableció el gobierno de Bush y que resultaron un eufemismo para la legalización de la tortura contra algunos detenidos en la llamada guerra contra el terrorismo que siguió a los ataques del 11 de septiembre de 2001.
El juez negó que hubiera tenido alguna injerencia en la creación de esos manuales o en la justificación que presentó la Casa Blanca para defender esa política, que fue anulada con la llegada al poder de Barack Obama e ilegalizada por ley poco después por el Congreso.
Los demócratas han dicho que Kavanaugh no fue honesto con el comité en 2006, lo que dejaría abierta una poco probable acusación de perjurio.
Pero fue el senador republicano Orrin Hatch quien le dio a Kavanaugh la oportunidad de tocar el tema al preguntarle específicamente sobre esos señalamientos.
“Yo dije la verdad, toda la verdad en mi testimonio anterior. No era parte de ese programa, no estuve envuelto en crearlo o en crear la justificación legal de ese programa”, aseguró el nominado.
Sin embargo, el senador Durbin le aseguró luego que él le había dicho en una reciente entrevista en su oficina que él había estado envuelto en discusiones que se dieron en la Casa Blanca relativas a dos “combatientes enemigos” detenidos y en una declaración firmada de 2005 sobre una iniciativa del recientemente fallecido senador republicano John McCain que prohibiría la tortura por parte de funcionarios estadounidenses.