Casi 30 millones de estadounidenses han votado ya por correo o en la votación anticipada. Este año se impondrá un récord de votación. Y, sin embargo, millones también se verán privados del derecho a sufragar debido a la más gigantesca operación de supresión de votantes en la historia moderna de Estados Unidos. La realiza el Partido Republicano de un extremo a otro del país porque se ha convertido en un partido cuya existencia depende de que grandes cantidades de personas no participen en nuestras elecciones. A continuación, repaso ejemplos notables de supresión en la contienda en curso.
La carta de triunfo republicana es la supresión de votantes
"Con el presidente Trump a la cabeza, los republicanos combaten el voto por correo, denunciándolo falsamente como un instrumento de fraude masivo. Las denuncias apócrifas les sirven de pretexto para reducir esa modalidad de voto".


En enero de 2019, los demócratas promovieron en el Congreso la Ley para el Pueblo, “For the People Act”, cuyo objetivo primordial era expandir el voto entre los estadounidenses. Pero los republicanos la rechazaron de plano. Su apuesta es que mientras menos personas sufraguen, mejores posibilidades tienen de ganar elecciones sus candidatos. Esa apuesta se ha convertido en consigna desde que el presidente Trump se convirtió en el máximo líder del GOP.
Ya en plena faena electoral, los republicanos han pasado agresivamente a la ofensiva para suprimir votantes. En el estado clave de la Florida, adoptaron una ley promovida por el gobernador republicano Ron Desantis para evitar que puedan votar un millón 400,000 exconvictos que residen en el estado. Los electores floridanos les habían dado el derecho a hacerlo en un referendo. Pero la posterior ley republicana les obliga a pagar todas las multas carcelarias, honorarios y deudas antes de que puedan votar. Gracias a donaciones de Lebron James, Michael Bloomberg y otros, decenas de miles lograron empadronarse. Pero la inmensa mayoría no calificó. Aproximadamente la mitad de los exconvictos son afroamericanos e hispanos.
En la Florida también colapsó el sistema cibernético de inscripción de votantes el seis de octubre, el último día para hacerlo. Y lo mismo sucedió en Virginia el 13 de octubre.
Con el presidente Trump a la cabeza, los republicanos combaten el voto por correo, denunciándolo falsamente como un instrumento de fraude masivo. Las denuncias apócrifas les sirven de pretexto para reducir esa modalidad de voto. En Carolina del Sur, Wisconsin y Montana, aprobaron medidas o presentaron demandas judiciales para evitar que las boletas de ausente cuenten, aunque sea un minuto después del cierre de las urnas.
Los republicanos también acudieron a las cortes en Alabama y Carolina del Sur para exigir que los votantes presenten testigos cuando llenen y firmen sus boletas de ausente. La Corte Suprema de Estados Unidos, controlada por jueces republicanos, aprobó la maniobra ostensiblemente antidemocrática. En Arizona, el gobernador republicano, Doug Ducey, defiende a capa y espada una ley cavernícola que prohíbe a organizaciones cívicas recolectar y entregar boletas firmadas por personas que viven en zonas remotas. La medida data de los tiempos en que se utilizaba para privar del voto a comunidades aisladas de nativos americanos.
El pasado primero de octubre, el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, ordenó colocar un solo buzón por condado para que los electores depositen sus boletas. ¡Un solo buzón por condado en el segundo estado más populoso del país! Activistas cívicos y demócratas lo demandaron. Jueces republicanos han apoyado la arbitraria orden, jueces liberales e independientes la han rechazado. Pero el pleito legal continúa cuando apenas quedan días para la elección.
Los republicanos restringieron la votación por correo en Mississippi, exigiendo que el votante tenga lo que ellos llaman “un motivo legítimo” para sufragar así. La Corte Suprema del estado, auténtica guarida republicana, falló en septiembre que las condiciones preexistentes de salud no califican de forma automática a las personas para solicitar boletas de ausente. En Iowa, la Legislatura estatal, controlada por republicanos, prohibió enviar boletas por correo a los electores. Los republicanos del estado entraron en pánico porque días antes, durante las primarias de junio, una cantidad allí sin precedente de 530,000 votantes habían sufragado mediante esas boletas.
Los republicanos adoptaron el requisito de presentar un documento de identidad con fotografía antes de votar en seis estados que controlan: Georgia, Indiana, Kansas, Mississippi, Tenesí y Wisconsin. Y autorizaron a empleados de recintos electorales a solicitar ese tipo de documento en otros 10 estados que dominan: Alabama, Arkansas, Carolina del Sur, Dakota del Sur, Florida, Idaho, Luisiana, Michigan, Rhode Island y Texas. ¿Por qué lo hacen? Porque calculan que los hispanos, afroamericanos y jóvenes son los que con mayor frecuencia carecen de ese documento y quienes más se inclinan a votar por los demócratas.
La sistemática supresión de votantes ha ayudado a los republicanos a conquistar gobiernos estatales en años recientes y contribuyó a la victoria del presidente Trump en 2016, a pesar de que éste perdió el voto popular por casi tres millones ante Hillary Clinton. Los republicanos confían en repetir la hazaña este año. Y los demócratas están nerviosos por la envergadura de la manipulación. Por eso están exhortando a sus votantes y a los independientes a continuar votando y no cederles las urnas a los republicanos el próximo tres de noviembre. Trump les responde exhortando a sus tropas de choque a acudir a las urnas, un guiño para que intimiden, preferiblemente con armas de fuego donde pueden portarlas abiertamente, a electores de minorías étnicas.
No podemos llamar a la supresión de votantes republicana “la gran sorpresa de octubre”. Sorpresa definitivamente no es. Y se ha cocinado a fuego lento a través de meses y años. Pero no cabe duda de que es la mejor carta de triunfo de los republicanos.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.







