“No van a desaparecer la verdad. No van a desaparecer a Telesur". Las frases con las que comienzo esta columna aparecen en un cable noticioso de Prensa Asociada, y son atribuidas al propio canal Telesur cuando el gobierno de Argentina anunció, días atrás, que “abandonará la cadena porque no tiene injerencia en los contenidos ni en la administración financiera de ese medio”.
¿El ocaso de Telesur?
‘La idea original de Telesur de contrarrestar el monopolio informativo de medios tradicionales en América Latina, se convirtió en una verdad a medias’.

El gobierno de Mauricio Macri se ha negado a admitir que la decisión de retirar el apoyo financiero a Telesur, que oscila entre un 19% y un 14%, es política. Pero lo es, no cabe duda. Habría sido absurdo que Argentina continuara. Telesur nació en el 2005 con el impulso de Hugo Chávez Frías, con la pretensión de contar con un medio que expresara las voces de los gobiernos de centroizquierda de la región y que compitiera con la versión en español de la cadena estadounidense CNN. Tan es así, que la empresa de comunicaciones está integrada por Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Uruguay. Y contó con el decidido apoyo de Cristina Fernández, quien mantuvo pactos con Chávez y posteriormente con Nicolás Maduro.
Así como la cadena Fox es la voz de extrema derecha en el Norte de nuestro continente, Telesur es la voz de extrema izquierda en el Sur. Cuenta con el apoyo de destacados intelectuales de izquierda como el premio nobel argentino Adolfo Pérez Esquivel, el poeta nicaraguense Ernesto Cardenal y el escritor uruguayo Eduardo Galeano, entre otros que conforman su Consejo de Administración.
Telesur es en realidad un medio propagandístico de la izquierda suramericana, especialmente de las ideas que pregona el señor Nicolás Maduro, dejando muy poco espacio para la objetividad. Llama la atención que muchas de las noticias que da Telesur aparecen bajo su sección “Comentarios” y no dan lugar al balance noticioso que generalemnte buscan todo periodista y todo medio noticioso serio y responsable. Un ejemplo de ello es la cobertura que Telesur da a la reciente creación de comités por parte del gobierno de Maduro para impulsar el llamado “Congreso de la Patria”, una idea con la que el presidente intenta hacer frente a la oposición que domina la democráticamente electa Asamblea Nacional.
El retiro de Argentina demuestra entonces que la vigencia de esa empresa de comunicaciones terminará paulatinamente en la medida en que los gobiernos de Maduro, Castro, Correa, Morales, Ortega y Mujica vayan cediendo a sus intentos de perpetrarse en el poder. No son eternos. Una aliada importante de ese grupo, Dilma Russeff, de Brasil, está comenzando a ver la oscuridad antes de terminar el día para su gobierno.
La idea original de Telesur de contrarrestar el monopolio informativo de medios tradicionales en América Latina, se convirtió en una verdad a medias. Y los medios de comunicación no admiten “verdades a medias”.
Cada vez que se cierra un medio de comunicación, cualquiera que sea, siento tristeza y no dudo que muchos como yo, apegados a los medios, comparten ese sentimiento. Pero el ocaso para Telesur parece haber comenzado. Acudo a la terminología taurófila para anotar que Mauricio Macri le puso las banderillas. Habrá que ver quien y cuando le dará la estocada final.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.








