Los hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán crecieron entre rifles, fajos de dólares y tabiques de droga. Desde jóvenes siguieron los pasos de su padre y ahora lideran una peligrosa facción del Cartel de Sinaloa que mueve enormes toneladas de droga hacia Estados Unidos, soborna funcionarios corruptos y asesina a informantes y narcos rivales.