El mundo celebrará esta Navidad bajo la sombra de una feroz guerra que se libra desde hace 10 meses entre Rusia y Ucrania. Miles de ucranianos pasarán este fin de semana sin luz, calefacción, ni alimentos básicos y con el sonido de las alarmas antiaéreas.
Una increíble historia de Navidad en tiempos de guerra: dos bandos contrarios hicieron una tregua para cantar villancicos y comer juntos
Esta Navidad será celebrada bajo la sombra de una feroz guerra entre Rusia y Ucrania. Pero no en todos los conflictos en estas fechas han pasado desapercibidas. Hubo una Nochebuena, hace más de 100 años en la que, a pesar del la guerra, dos bandos contrarios salieron de sus trincheras para cantar villancicos y compartir alimentos juntos. Esta es la historia.

Pese a esta fecha especial en la mayoría de los países del mundo (y para casi la mitad de los ucranianos que celebran el 25 de diciembre) ni Rusia ni Ucrania harán pausas, treguas, ni gestos de buena voluntad para conmemorar la Navidad.
Pero estas fechas de unión no siempre han pasado desapercibidas en tiempos de guerra: hubo una Nochebuena hace más de 100 años en la que, mientras se libraran los comienzos de la Primera Guerra Mundial, un acuerdo espontáneo en medio del frente de batalla entre las tropas alemanas y británicas lograron detener las balas y extender la paz hasta Navidad.
En medio de los horrores de la guerra, ese episodio logró pasar a la historia como uno de los eventos más solidarios que mostraron la humanidad del mundo. Esta es la historia:
Un pacto entre enemigos en plena guerra
La llamada ‘Tregua de Navidad’ es recordada como una serie de ceses no oficiales al fuego durante la Nochebuena y Navidad de 1914, cinco meses después del comienzo de la guerra.
Días atrás, las hostilidades habían comenzado a disminuir en el Frente Occidental debido a que ambos mandos estaban considerando sus estrategias.
Según detallan las memorias del famoso dibujante británico Bruce Bairnsfather, citado por el sitio History, él y sus compañeros de infantería del 1er Batallón del Regimiento Real de Warwickshire, pasaron los días previos a Navidad en una trinchera húmeda y lodosa, en una parte de Bélgica llamada Bois de Ploegsteert.
Pero el 24 de diciembre, en algunas áreas, los alemanes comenzaron a colocar árboles iluminados en sus trincheras y a cantar villancicos. De pronto, en medio de la oscuridad, un soldado alemán comenzó a gritar en inglés: “Ven aquí”, según las memorias de Bairnsfather.
Fue entonces cuando varios soldados de ambos bandos, temerosos, se aventuraron hacia la llamada ‘tierra de nadie’ que separaba a los ejércitos. Al encontrarse, comenzaron a intercambiar comida, cigarrillos y souvenirs.
De acuerdo con diversos historiadores y registros fotográficos, ambos bandos cantaron villancicos, unos en inglés y otros en alemán. Luego acordaron que esa tregua se extendería durante el día de Navidad para poder enterrar a sus compañeros caídos y realizar servicios funerarios.
En otros lados del frente, pequeños grupos de tropas francesas, alemanas, belgas y británicas decidieron celebrar un alto el fuego improvisado y otros, aunque menos, también lo hicieron en el frente oriental.
Un partido de fútbol improvisado
Diversos historiadores también hacen referencia a que, durante la tregua, se disputaron partidos de fútbol, creando una de las más memorables imágenes.
De acuerdo con una publicación de History, el diario de un teniente alemán de infantería, identificado como Kurt Zehmisch, detalla sus recuerdos durante el partido en medio de una cancha improvisada y helada.
“Eventualmente, los ingleses trajeron una pelota de fútbol de sus trincheras, y muy pronto se produjo un juego animado”, de acuerdo con el diario que fue descubierto en un ático cerca de Leipzig en 1999.
No obstante, la tregua solo se dio en algunas partes del frente de batalla. En otras, las hostilidades continuaron o solamente realizaron acuerdos solamente para recuperar cuerpos.
No existe una cifra exacta sobre cuántos soldados participaron en estas reuniones informales, aunque una historia de la revista Time afirmó que participaron hasta 100,000 personas.
Para la Navidad de 1915, el ánimo de fraternizar se fue disminuyendo y solo algunas pocas unidades concretaron un cese al fuego, debido a órdenes fuertemente redactadas de los altos mandos de ambas partes, prohibiendo las treguas.
Para 1916 los soldados ya no estaban dispuestos a ningún acuerdo.
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